economías regionales

Alberto Fernández promete "revisar" las retenciones y exportadores de Mendoza le contestan

"Me parece incomprensible que en la Argentina en la que vivimos, quienes agregan valor tengan que pagar retenciones. Ese es el resultado de un gobierno que ha generado un déficit fiscal increíble y que en determinado momento cuando no supo cubrir ese déficit avanzó inexplicablemente sobre sectores sobre los que nunca debería haber avanzado. La industria es uno de esos sectores. Las economías regionales deben ser analizadas de otro modo y deben ser tratadas de otra manera. Mi mayor obsesión es que Argentina se vuelva un país cada vez más federal. Todas esas retenciones deben ser analizadas nuevamente", respondió Fernández.

Desde distintos sectores exportadores expresaron su opinión a esta visión del candidato ante la consulta de SITIO ANDINO, en donde en resumen consideran que las retenciones atentan contra la rentabilidad y competitividad de las empresas y la producción, aunque no en todos ellos de la misma manera.

Padro Bizzotto, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos y Metalmecánico de Mendoza (Asinmet) aseguró que, si bien "las retenciones nos afectan a todos", la disparada del valor del dólar y el hecho de que no se actualice el $3 por dólar exportado -principalmente a Brasil, Chile y Bolivia- "nos puede permitir tratar de exportar" y en ese sentido "el beneficio está dado por la devaluación y no por las gestiones".

"La retención sigue siendo pesificada y este gobierno no ha dicho nada al respecto de variar la situación. El tema retenciones no es algo que nos pueda afectar en el sector nuestro, si la retención se dolarizara sería otro número. La retención representa para nosotros un gravamen que tenemos que pagar. No es algo que haya causado que podamos vender más o menos. No tomaría a las retenciones como un punto a tener en cuenta en las exportaciones o mercados", indicó.

El empresario resalta que "la metalmecánica viene con una recesión importante, venimos con una capacidad ociosa del 40% desde el 2008 o 2009 en adelante en donde la economía no se ha recompuesto desde esa época hasta la actualidad. Sería muy mezquino culpar a uno solo o echarle la culpa a alguien específicamente, sino el hecho de que no se ha logrado revertir esta situación".

"En su momento, lo que nos dio algún tipo de respiro fue la diferencia de cambio, la devaluación, que permitió que se moviera un poco más el nivel de actividad. Pero también las devaluaciones en su momento fueron pasadas a costos, entonces al corto tiempo volvimos a quedar con los mismos problemas o similares por efecto de la inflación. Lo que no logramos es una activación real del mercado, porque si bien esa devaluación ayudó a generar mejores negocios, se tornó imparable y desde allí tuvimos tasas altísimas en los créditos, imposibles de tomar y eso frena notablemente las inversiones. Entonces seguimos con recesión, por ende el dólar no nos favorece pero por otro lado no podemos tomar dinero para invertir porque es muy caro porque es imposible, son antagónicas las posiciones", considera el Presidente de Asinmet.

Para la producción primaria, no hay nada que analizar

El sector olivícola y vitivinícola viene reclamando desde hace tiempo por las retenciones a las exportaciones de sus producciones. Ante este planteo de Alberto Fernández sobre el análisis de la situación, referentes del sector sentencian que hay que quitarlas lisa y llanamente porque impactan directamente en la rentabilidad y en la competitividad.

"Es un elemento distorsivo. Todo esto atenta contra la rentabilidad porque generalmente se tiende a analizar el valor del dólar o el impacto en las retenciones, que en definitiva es el valor del tipo de cambio cuando el tipo de cambio es una de las variables que componen los costos del comercio exterior. La carga impositiva es muy grande, hay costos burocráticos muy elevados, costos laborales  no salariales muy elevados,  y cuando se modifica el tipo de cambio también se le modifican los costos internos. El tipo de cambio favorece siempre y cuando no haya traslado al costo", sostuvo Mario Bustos Carra, titular de la Asociación Olivícola de Mendoza (ASOLMEN) y miembro de la Cámara de Comercio Exterior.

Las retenciones a las exportaciones son "directamente proporcionales a la rentabilidad del sector, sólo en 10 o 12 países del mundo se aplican" por lo que la propuesta es analizar la quita del gravamen.

"Nuestra propuesta es que se estudie un programa económico a corto, mediano y largo plazo que intente encuadrar la economía en valores rozables y que estén al alcance de las capacidades contributivas de cada individuo o de cada empresa", indicó el empresario.

El sector olivícola exportará este año, según la proyección del organismo que preside Bustos Carra, cerca de 60 millones de dólares, principalmente a Brasil (aceitunas en gran medida, y un poco menos de aceite), Estados Unidos, México y Europa.

Desde la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) comparten la visión de que es un impuesto distorsivo que no se tendría que aplicar a los productos que tiene un alto componente de valor agregado.

"Por un lado entendemos que es un impuesto distorsivo que no se tendría que aplicar a los productos que tiene un alto componente de valor agregado como es la vitivinicultura y la mayoría de lo que se produce en las economías regionales. La realidad es que en estos casos aplicar impuestos a la exportación creemos que no es lo ideal. Por otra parte, hemos estado en diferentes gestiones, desde que se implementaron, para que se puedan eliminar", expresó Carlos Fiochetta, gerente general de la entidad.

Los argumentos de la Coviar se centran en que la vitivinicultura "es una cadena que tiene muchos eslabones y está altamente formalizada desde la producción hasta el consumidor final, que en este caso sería lo que se exporta. El componente de tributación que tiene la cadena desde la producción de uva, elaboración, fraccionamiento, hace que ya tenga un componente impositivo muy alto, con lo cual la retención te suma un componente adicional".

"El tipo de cambio obviamente ayuda, pero los insumos de producción están dolarizados, por lo cual parte de eso se traslada a precios. La compensación no es del todo cierta, el esquema debe eliminarse complemente porque advertimos que el resto de los países con los cuales competimos como Chile, Nueva Zelanda, Australia, Estados Unidos, no gravan sus exportaciones con un impuesto", agregó Fiochetta.

Desde la Corporación Vitivinícola Argentina proyectan exportaciones para este 2019 por un monto cercano a los 1.000 millones de dólares, que incluye vino, jugo de uva, pasas, entre otros ítems.

"Tener este impuesto (las retenciones) implica una desventaja en términos de políticas con otros países. Otros países no las tienen y nosotros sí las tenemos", agrega Fiochetta.

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