Relato en primera persona de una odisea en la nevada cordillera malargüina
Gentileza Escuadrón 29 Malargüe Gendarmería Nacional
Él es Esteban Ávalos, que la pasada semana fue rescatado en la zona de El Alambrado, a unos 120 kilómetros de la ciudad de Malargüe, y a 2.400 sobre el nivel del mar, en plena zona cordillerana, luego de que se desviara del principal camino que une al departamento sureño con el norte neuquino. Había elegido la antigua traza del Ruta Nacional 40. Permaneció 50 horas bajo condiciones climáticas extremas, y sólo alimentándose con chocolates y otros pocos alimentos que había comprado para lo que iba a ser un viaje de 4 horas. El ciudadano de 57 años de edad, y oriundo de Buenos Aires fue intensamente buscado por la Policía de Mendoza y la Gendarmería Nacional luego que se perdiera contacto el pasado martes en la tarde.
Antes de su regreso a la provincia de Buenos Aires, Esteban Ávalos describió a Medios Andinos la odisea que le tocó vivir la semana pasada en la cordillera malargüina, a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar, en medio de una tormenta de nieve y a temperaturas bajo cero extremas.
Esteban narró que antes de su viaje al sur mendocino y norte neuquino se había preparado, teniendo en cuenta la geografía y la estación que le tocaría atravesar, aunque sin imaginar lo que le iba tocar vivir.
Sobre por qué eligió la traza de la vieja Ruta 40, Ávalos explicó a que se debió a "que no existe señalamiento y que el GPS le indicó que esa ruta era la mejor, la más segura y corta", encontrándose en el recorrido con acumulación de nieve y hielo del temporal anterior al que tuvo que enfrentar el miércoles por la noche.
El infortunado conductor, que desde que se realizó la denuncia era buscado por la Policía de Mendoza y luego por Gendarmería Nacional, había perdido contacto telefónico con sus compañeros de trabajo y familiares, manteniéndose informado de la situación a través de la radio AM local LV 19, lo que lo tranquilizaba saber que ya estaban buscándolo.
Ávalos relató que durante esas casi 50 horas en el medio de la cordillera "trataba de dormitar, porque dormir completamente no te lo permite el frío", agregando que fue paciente durante la espera de sus socorristas.
Esteban también reflexionó sobre los riesgos que se toman muchas veces al tratar de incursionar por rutas de montaña y en inverno, principalmente por la presencia de hielo que imposibilitan el normal tránsito de los vehículos.
Siempre calmo en su diálogo, Ávalos dijo que se reencontró con su familia, esposa y hermana que viajaron de Buenos Aires, lo mismo que su jefe, y que esta semana estará destinada a recuperarse de lo vivido en el interior malargüino.
Recordó además el encuentro con los alumnos de la Escuela de El Alambrado, simpático y feliz, porque ya se encontraba bien y las preguntas que le realizaban los pequeños, principalmente orientadas a cómo vivió esas horas previas al rescate.
Esteban recordó también que se encontró, en los momentos en que incursionaba fuera de su vehículo, con huellas de pumas "y volví a la camioneta, porque no me quería encontrar con esa experiencia también".