Reseña teatral

"El sagrado testamento": el show de las monjas tiene una segunda parte desopilante

Por Eugenia Cano

En el 2017 irrumpía en la cartelera teatral la comedia musical "SorPresas", basada en el suceso de Dan Goggin que conquistó Broadway. En ese momento, el elenco encabezado por la dirección de Aníbal Villa, supo sacarle brillo a la adaptación local y el resultado fue contundente: el público acompañó función tras función la divertida y ocurrente historia de las monjitas del convento de los Santos Lugares. Sin Adrián Sorrentino (el actor fue en ese momento pieza fundamental de la obra) y con situaciones nuevas, las hermanas regresaron a las tablas para hacer este año: "El sagrado testamento". Una vuelta que desde su estreno ya se posiciona como una de las apuestas fuertes de la temporada.

Villa asume aquí no sólo la dirección del espectáculo, si no que también escribe el argumento y es personaje clave de la nueva trama. Su personaje, la hermana Sole, es la elegida para ocupar el puesto de la Madre Superiora, hecho que disputa naturalmente Sor Roberta (interpretada por Darío Martínez), y que ocurre porque antes de que comience el show fallece repentinamente la cabeza de la congregación (Rodrigo Navarro Sardá en la piel de Sor Regina) y deja un testamento que designa a su sucesora.

Si en la pieza teatral anterior la obra llevó a las hermanas a probarse el traje de artistas para poder solventar económicamente el sepelio de las que habían fallecido por una intoxicación, en esta continuación las luces del espectáculo las encandilan; están entregadas por entero al «show business». Bailan, cantan, se sacan selfies con el público y se mueven con "flow" por el escenario. Y todo a un ritmo vertiginoso. Están desatadas y todo lo que acontece es un delirio desopilante. Eso: un delirio desopilante.

Más que contar una gran historia, este regreso se sustenta en mostrar el perfil potenciado de cada una de las protagonistas y saca partido de las ocurrentes situaciones en las que las seis religiosas se ven envueltas. Entre ellas una incorporación extranjera y una sorpresa que llega de forma inesperada. Todo el elenco se sabe sacar chispas y despunta talento en el rol que le toca asumir, pero sin dudas, Darío Martínez se roba toda la atención regalando momentos de comicidad inigualables.

Desde hace tiempo el género de la comedia musical ha sabido ganarse un espacio importante en la oferta teatral de la provincia. "El sagrado testamento" no hace más que volver a afianzar el fenómeno. Se trata de un espectáculo gracioso, original por su tono «religioso» y disfrutable al máximo. En el elenco se encuentra su principal capital, pero eso sí, la advertencia radica en que hay que agarrarse fuerte de la butaca porque es un tren de la alegría que no para hasta que Dios dice basta.

La producción nuevamente es de Nicolás Hemsy (marca registrada para el género) y las funciones se siguen celebrando cada sábado en el Teatro Tajamar ubicado en el Paseo Alameda. 

Te Puede Interesar