Historias de vida

El desafío de encontrar trabajo para las personas con discapacidad

Durante el 2018 se insertaron 128 personas con discapacidad al ámbito laboral local con el afán de fomentar y promover la inclusión. Sin embargo, y aunque la ley considere, conseguir un puesto de trabajo no siempre resulta sencillo.

"El trabajo es considerado un derecho humano fundamental. Toda persona debería tener la libertad de elegirlo, en condiciones equitativas y satisfactorias. La oportunidad de percibir una remuneración digna, con protección social y derecho de sindicación" dicta la ordenanza pero esto no ocurre en todos los casos.

Gisela Soledad Ruiz, tiene 29 años y una discapacidad visual. Es Licenciada en Psicología de la Universidad del Aconcagua y su mayor crisis se dio en la transición entre que se recibió y tuvo su primer trabajo.

"Lleve un montón de currículums a muchísimas obras sociales, algunas lo miraban. Otras, directamente, se escuchaba el ruidito del cajón. Fue frustrante esa etapa," aseveró Gisela.

Comenzó trabajando para una obra social. Además, acondicionó una parte de su casa para hacer un consultorio y atender de manera particular y no conforme dejó su currículum en la municipalidad de Las Heras.

Gisela muestra con orgullo su título.

"Días más tarde me llamaron del municipio y me ofrecieron un puesto en el área de género. Trabajé dos años en el área mujer y actualmente estoy en niñez y adolescencia", detalló la psicóloga.

El acompañamiento que se le brindó fue el recurso humano. "Desde lo técnico y material no tuve facilidades. Pedí reiteradas veces el sistema de lector de pantallas que nosotros tenemos y nunca me lo facilitaron. La versión original es muy cara y consideraban que el municipio no lo podía pagar, resaltó Gisela.

Además concluyó, "es cierto que hay gente que no incluye, que discrimina, que no confía en personas con discapacidad. Pero hay mucha más gente que si lo hace. Hay que enfrentar la vida con la frente en alto, con seguridad y no ponerse las limitaciones". La discapacidad no es una barrera", finalizó la entrevistada.

Por su parte, Graciela Ochoa, Licenciada en Minoridad y Familia posee una discapacidad motriz en la pierna derecha. Tras terminar el colegio secundario empezó a buscar trabajo. "En el ámbito privado fue muy difícil porque nunca me llamaban. Mi discapacidad es muy notoria, y me veía perjudicada por una cuestión de imagen", afirmó la mujer.

Pasaron años y a Graciela no la llamó nadie. Se anotó en la bolsa de trabajo promovida por la Dirección de Discapacidad pero el teléfono no sonaba. Un día, finalmente, se enteró de que en el registro civil necesitaban gente. Después de meses y por insistencia, asegura, consiguió su primer trabajo formal a los 26 años.

Le dieron, en un primer momento, una prestación por tres meses. Pasado ese lapsus la despidieron volviendo al incierto camino del desempleo. Sin embargo, "paso un tiempo, entró un nuevo director al registro civil y disidió dejarme sin trabajo. Me devolvieron mi puesto a partir de un contrato. Recién en 2004 pasé a planta permanente a los 37 años", aseguró Ochoa.

Discapacidad provincial este año ha gestionado, en forma coordinada con pequeños comercios y con oficinas de empleo municipales de Godoy Cruz, Capital, Guaymallén y Las Heras, distintos empleos en los cuales se insertaron laboralmente 128 personas, 12 de ellas en relación de dependencia. Todos recibieron asesoramiento legal respecto de sus proyectos. 

Producción periodística: Florencia González

Te Puede Interesar