El ministro de Educación, Alberto Sileoni, no descartó hoy la posibilidad de una nueva reunión con los representantes sindicales de los docentes pero no para hablar de salarios porque la discusión salarial para nosotros está cerrada y pasó a las provincias.
Sileoni recordó que la paritaria nacional docente es sólo orientadora de un salario y puntualizó que en ella buscamos que nadie esté por debajo de un piso de dignidad, de 2.800 pesos en este caso.
El ministro lamentó la incomprensión de algunas organizaciones gremiales ante la situación actual y del contexto internacional, que muestra en otros países un contexto de crisis, de reducción de plantas docentes y congelamiento de salarios con más horas de trabajo.
En ese marco nosotros tenemos por delante un año que de ningún modo es crítico pero que invita a la moderación, subrayó, y recordó que el gobierno ofreció un 20 por ciento de aumento, que incrementa el salario en 500 pesos por sobre los 2.300 que cobraban en 2011, lo que representa una inversión del Estado de 750 millones de pesos.
Sileoni consideró que ante la crisis global, ofrecer un aumento de salario que defiende el poder adquisitivo nos parece muy digno, muy sensato y lamentó las expectativas desmedidas del sector porque no hay razón para pedir el 30 por ciento o, como ocurre con uno de los gremios de la Ciudad de Buenos Aires, el 35 por ciento de aumento.
El titular de la cartera de Educación recordó en declaraciones a radio Continental que los sueldos docentes han crecido desde 2003 sobre los valores corrientes o constantes y sostuvo que es uno de los salarios que más aumentó con respecto a cualquier pauta inflacionaria.
Advirtió que ni siquiera se les ha pedido un sacrificio sino que, simplemente, se atienda el contexto en el cual estamos y sobre eso formulen demandas sensatas porque no se puede tener como primera medida un paro de 72 horas.
Resaltó luego que las provincias de Buenos Aires y el Chaco son las que más destinan a Educación e indicó que la diferencia de 200 pesos entre lo que ofrecen las autoridades bonaerenses y lo que reclaman los representantes de los maestros son muchos millones de pesos que las administraciones provinciales no están en condiciones de afrontar.