Elías Jaua vivió ayer uno de los momentos más importantes de su vida política: el presidente Hugo Chávez le ordenó transmitir a la nación el primer parte sobre su salud.
Elías Jaua vivió ayer uno de los momentos más importantes de su vida política: el presidente Hugo Chávez le ordenó transmitir a la nación el primer parte sobre su salud.
Jaua no nació con el don de la palabra. Incluso Heinz Dieterich, el filósofo del "socialismo del siglo XXI", lo bautizó un "plomo mediático". Pero el vicepresidente ("compañero en la lealtad a Chávez y en la construcción de la patria socialista") no se amilanó y, con algún titubeo, difundió las "buenas noticias".
Jaua es un revolucionario de acción, perteneciente al ala dura del Partido Socialista Unico de Venezuela (PSUV), que se siente mejor en la calle que en el Parlamento. Lo volvió a demostrar en los cuatro días transcurridos desde que el viernes Chávez regresó a La Habana y lo dejó al mando del gabinete.
Horas después de la partida, se aceleraron las invasiones en Sucre, un municipio del estado de Miranda. Casualmente, el alcalde de Sucre es Carlos Ocáriz, su rival en la disputa por la gobernación de Miranda en las elecciones de diciembre. Y el actual gobernador no es otro que Henrique Capriles, el candidato que enfrentará a Chávez el próximo 7 de octubre.
Los invasores, amparados tradicionalmente por el oficialismo, irrumpen por sorpresa en terrenos privados (viviendas en construcción, locales con poca actividad o terrenos sin urbanizar). En las últimas acciones realizadas en Terrazas de Guaicoco y Petare aparecieron armados con machetes, granadas y armas de guerra. Los vecinos de la zona se concentraron y acudieron dispuestos a expulsar a los recién llegados, ayudados por las escasas fuerzas de la policía municipal, mandada por Ocáriz. La definitiva intervención de la Guardia Nacional evitó los enfrentamientos y la toma de los terrenos en por lo menos 32 de las 45 invasiones.
¿Qué sucedió para que sorpresivamente apareciera la Guardia Nacional y pusiera punto final a los asaltos de tierras?
"Desde su cama en el Cimeq [hospital de La Habana], el presidente venezolano llamó a Jaua muy molesto por lo que estaba pasando con la serie de invasiones que se realizaron desde el fin de semana en Miranda. La orden del caudillo fue que sacaran a los invasores de inmediato", afirma Nelson Bocaranda, el único periodista que accede a las vicisitudes del gobierno bolivariano en La Habana.
Jaua obedeció, pero arremetió contra la oposición: "Queremos alertar a nuestro pueblo a encauzar sus demandas de terrenos y viviendas a través de la Misión Vivienda Venezuela y no caer en las provocaciones de la derecha". Henrique Capriles se había defendido horas antes: "Que nadie tenga duda que detrás de las invasiones están los jerarcas del gobierno nacional; nuestro pueblo no cree en la invasión como solución".
Cada vez que Chávez deja Venezuela, sus cuatro delfines se disputan espacios de poder y miradas mediáticas. Así volvió a suceder en las últimas horas.
El asalto de ayer lo ganó Jaua, pese a la reprimenda de Chávez. Pero Diosdado Cabello y Adán Chávez también quisieron ser escuchados. En cambio, Nicolás Maduro se tuvo que conformar con acompañar a su líder en el hospital de Cuba. El canciller vive horas bajas tras haber sido operado hace unos días en Cuba de una dolencia en un pie.
Los analistas locales afirman que Jaua y Cabello protagonizan un enfrentamiento a costa de las invasiones, aunque públicamente carguen contra la oposición. El presidente de la Asamblea Nacional lanzó una poco afortunada ironía ("la derecha anda como desatada; como locas y locos, andan desesperados") y acusó sin pruebas ("se están produciendo invasiones sospechosas, pero vamos a llegar a quienes están detrás"). Incluso quiso dejar en claro a la prensa y sus rivales que los delfines sostienen una perfecta relación: "¡Cómo les duele que Elías diga que es amigo mío!". No lo consiguió...
Interpretaciones
Adán Chávez, el hermano mayor del presidente, tampoco se quiso quedar atrás en el combate de los "sucesores" y para ello recurrió a Aporrea, un sitio web chavista. Un enigmático artículo con su firma, "Lealtad o traición", despertó ayer múltiples interpretaciones. "Debemos detectar y denunciar [a los traidores] para no permitir que tengan ni la más mínima posibilidad de infectar nuestra revolución", advierte el más radical de la familia Chávez. "Recuerden que para Judas Iscariote sólo bastaron unas cuantas monedas para traicionar a Jesús. Preguntémonos día tras día si nosotros tenemos algún precio para traicionar a la revolución", añade el gobernador de Barinas, favorito de los hermanos Castro para la sucesión, según las últimas filtraciones realizadas por WikiLeaks.
En su artículo, el mayor de los Chávez utiliza una figura histórica, José Antonio Páez, como ejemplo de traidor. El general "sucumbió ante los halagos de la oligarquía, ante regalos de haciendas y fundos, deslumbrado ante las invenciones del Norte, convirtiéndose en el gran traidor a [Simón] Bolívar".
Grupos radicales del chavismo acusan a Dios dado Cabello de liderar la llamada "derecha endógena de la revolución", e incluso de obtener pingües beneficios con distintos negocios de la "boliburguesía", la nueva clase social enriquecida durante los 13 años de gobierno bolivariano..
Fuente: La Nación