Nunca como ahora la tragedia ferroviaria en la estación Once pareció dejar al descubierto los pies de barro que sostienen al modelo kirchnerista. Los ocho años y pico de Néstor y Cristina Kirchner sirvieron para enterrar la crisis del 2001 y mejorar la condición social, de modo relativo, en base a una economía anclada en el consumo. Ese desenvolvimiento tampoco resultó parejo: los cuatro años del ex presidente fueron globalmente superiores a los de la mandataria actual. Pero ninguno insinuó siquiera soluciones para viejos problemas estructurales que arrastra la Argentina.