Con el correr del tiempo, los automovilistas fueron variando sus pretensiones acerca de lo que necesitan a la hora de abastecerse de combustible. Ya casi no existen consumidores que eligen una marca por su calidad debido a que los faltantes de naftas trastocaron en gran medida la elección de los conductores.
Aunque YPF sigue siendo la líder y la que más barato vende, el precio ya no parece ser clave en la búsqueda de una estación de servicio para llenar los tanques. Sus puntos de venta colmados a toda hora por el ahorro que genera cada despacho y la confianza que la distingue, llevan a que poco a poco el consumidor busque cargar en donde se pueda.
Según pudo percibir en la calle surtidores.com.ar, la mayoría de los consultados aseguró que lo más importante es tener el producto. La boca de expendio que no tenga carteles avisando sobre quiebres de stock o las mangueras cruzadas, aparece instantáneamente como el surtidor que saciará una necesidad inmediata que garantiza la llegada al lugar deseado.
Recién en segundo término se analiza el valor que marcan las pizarras, debido a la psicosis que genera el constante desabastecimiento en las estaciones de servicio. La posibilidad de que en pocas horas no haya naftas es la gran ventaja que impactó sobre los comercios que venden más caro para mantener o incrementar las ventas.
Además, bajos precios significa realizar largas colas que no muchos automovilistas están dispuestos a esperar. De esta manera, sin importar la bandera o la calidad del producto, los clientes buscan el ansiado combustible indiscriminadamente.
La preocupación generada en los últimos tiempos llevó a trastocar casi totalmente las prioridades de los automovilistas. Los inconvenientes generados en torno al abastecimiento guiaron al consumidor a dejar de lado sus preferencias con el sólo objetivo de seguir viaje.