El accidente ferroviario en la estación de Once, el miércoles, puso en escena a la calle Bartolomé Mitre, en su intersección conocida como la Calle Cromañón. Es que fueron varios los que denunciaron que las tareas de rescate se vieron obstaculizadas porque ese cruce permanece cerrado.
Hay una orden judicial que tenemos que cumplir y estamos trabajando en eso, sostuvo ayer tajante el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, cuando un cronista lo consultó en referencia a los impedimentos que pudo ocasionar esa arteria sin circulación para el tránsito.
"La calle Bartolomé Mitre cerrada ha obstaculizado muchísimo el accionar de policías, bomberos, ambulancias", advirtió la organización de padres de víctimas. A través de un comunicado, pidió "que no se repita", según publica Infobae.
Y aunque el titular del SAME, Alberto Crescenti, desestimó esa denuncia al afirmar que en ningún momento se acordó de esa calle, sino de llegar para atender a los pasajeros, varios vehículos de emergencia que se trasladaron hasta la estación ferroviaria debieron hacer un desvío de 7 cuadras.
"Hay padres que dicen que la calle no se puede pisar porque es suelo sagrado. Yo puedo entender el dolor, pero debemos dejar el derecho a circular", expresó Adriana Magnoli, una de las firmantes del comunicado, que reprodujo un matutino porteño.
Bartolomé Mitre fue cerrada por orden judicial para facilitar la investigación y los peritajes. En el fallo del juicio, el Tribunal Oral N° 24 ordena a la Ciudad a reabrirla.
Desde diciembre de 2009 el Gobierno porteño trabaja en un proyecto para que vuelva a estar activa al tránsito vehicular. En ese sentido, Macri recordó ayer que estamos trabajando para cumplir con eso, en referencia a la orden judicial.
Actualmente, en una esquina de la calle se colocó un monumento que recuerda a las 194 víctimas del incendio del boliche Cromañón con fotos y ofrendas, y en el terreno adyacente a la estación de tren se inauguró una plazoleta con placas y otros elementos.
La zona junto a la Plaza Miserere atrae un tránsito vehicular muy numeroso, además de que circulan unas 30 líneas de colectivos.
Debido a esta situación, varios comerciantes del lugar reclaman desde hace tiempo la reapertura al tránsito de dicha calle, presentando quejas por el ruido y las vibraciones provocadas por los colectivos que afectan a las edificaciones antiguas.
