Hooman Samani, un inventon de Singapur, diseñó un robot capaz de reproducir besos a larga distancia. El flamante aparato llamado Kissenger trae un par de labios artificiales sensibles al tacto. Al ser accionado, el aparato reproduce un oink como sonido.
Samani explica que cuando alguien desea besar al ser amado, debe besar el aparato en los labios siliconados. Si la otra persona realiza el mismo ejercicio, el beso llega a destino. Su creador aseguró que la experiencia se siente como un beso real.