Cuando abrimos una bolsa de galletitas (es aplicable a muchos otros alimentos envasados) y queremos conservar lo que no hemos comido, podemos recurrir a este sencillo y ecológico cierre en pocos pasos.
Cuando abrimos una bolsa de galletitas (es aplicable a muchos otros alimentos envasados) y queremos conservar lo que no hemos comido, podemos recurrir a este sencillo y ecológico cierre en pocos pasos.
Primer paso: se corta la parte superior de una botella de agua o gaseosa.
Segundo paso: se hace pasar la pieza por la bolsa.
Tercer paso: se da vuelta el envase.
Cuarto paso: se coloca la tapa de la botella, y listo, la bolsa queda herméticamente cerrada.