Además de la gran empresa cementera con sede en Olavarría, en 1993 -en pleno gobierno menemista- adquirió el 50% de las acciones del diario La Prensa. Presidió ese matutino hasta 1995. También invirtió una gran suma de capital con Radio El Mundo y Horizonte.
Su estrategia fue no diversificar demasiado los negocios: fue propietaria de Ecocemento, Lomax, Recycomb, el tren de carga Ferrosur Roca, de Estancias Unidas del Sur y de su fundación, que mantiene con donaciones instituciones sociales y ONGs.
Una de sus grandes aficiones fue el arte. En 1992, fue designada para presidir la presidencia del Fondo Nacional de las Bellas Artes que, incluso, tenía sus propios premios.
Amalita siempre mantuvo vínculos cercanos con el poder. Durante el mandato de Raúl Alfonsín consolidó sus negocios. Fue así que se quedó con obras monumentales como El Chocón y Yacyretá, entre otras.
En su mejor momento estuvo en el top 300 de la revista internacional Forbes y controlaba un verdadero imperio económico.
Fortabat fue también importante para Olavarría en el plano deportivo. Gracias a sus aportes económicos, el club Loma Negra creció considerablemente en los primeros años de la década del 80. River y el gran Ferrocarril Oeste de Carlos Timoteo Griguol viajaron hasta esa ciudad para medirse con el club local, que llegó a figurar en la liga más importante del país.
La última noticia que se supo de Amalita fue la venta de su dúplex en Nueva York, en 19,5 millones de dólares. El departamento ocupaba los pisos 20 y 21 del emblemático edificio The Pierre, en el Upper East Side neoyorquino.
Fuente: Medios.