Una treintena de los 180 asesinados durante la violencia que azotó el estado durante los 12 días de la protesta en Bahía fueron ejecutados, dijo el jefe de homicidios de la Policía local, Arthur Gallas, en una conferencia de prensa. Agregó que muchas de las víctimas tenían las manos esposadas o atadas a la espalda. A todas las habían matado de tiros a la cabeza con armas de calibre grueso como los fusiles que emplea la Policía.