El fundador de Facebook tiene una verdadera fortuna que lo hará escalar de forma meteórica en el popular ranking de millonarios de la revista Forbes. Es que según su última edición, entraría directo en el top ten de los hombres con grandes bolsillos gracias a la salida a la bolsa de la red social, lejos del puesto 52 que ostenta hoy.
Superaría a George Soros y a los nombres fuertes de Google, Amazon, H&M y Microsoft, gracias a un patrimonio de US$28.000 millones; ése es el número que valdrían sus acciones en Facebook.
Es decir, a simple vista y con semejante cuenta bancaria, Mark tiene todo y lo que no consiguió aún, materialmente hablando, puede comprarlo cuando guste. Sin embargo, su noche ideal está lejos, muy lejos, de la imaginada por el colectivo de fanáticos de la red social.
Se cuenta entre los pasillos de las empresas de Silicon Valley que pasa una gran parte de su tiempo libre nocturno en un extraño servicio web que se puso de moda entre los grandes de las compañías tecno: una gran fiesta virtual en la que hasta 200 personas pueden interactuar.
¿De qué se trata? Cada uno de los invitados está representado por un avatar. Todos se reúnen en salas y uno de ellos hará la compleja función de DJ. Así, el capo de la fiesta pone música de la galería de Turntable.fm o los temas que tenga guardados en su propio iTunes. Los demás podrán escuchar la música que pone y valorarla. Si el maestro de ceremonia acumula muchos votos negativos, será expulsado de la sala y reemplazado.
Los usuarios pueden conversar a través de un servicio de mensajería instantánea. Más que para conocer gente o estar de levante, el objetivo de este sitio es descubrir música nueva. El portal tiene unos 700.000 usuarios registrados y sólo se puede utilizar en Estados Unidos. Y es, por ahora, la fiesta ideal del joven millonario dueño de Facebook.