Con un mensaje grabado, apelando a los mismos lugares comunes que explicita cada vez que habla en público, recuperando la retórica de un pasado pesado, el Presidente Mauricio Macri anunció la vuelta al financiamiento por parte del FMI.
El domingo analizábamos que el gobierno estaba desorientado, y ahora parece confundido en la búsqueda de una puerta de salida. Hoy martes a la mañana decíamos que uno de los problemas era que el financiamiento externo estaba cortado por parte de los Bancos Internacionales y que el Gobierno había admitido que buscaría solo financiamiento interno.
La única verdad es la realidad, y la jugada del FMI muestra que definitivamente la búsqueda de fondos en los bancos se terminó, se acabó el sobre stock de dinero barato en el mundo y los prestamistas toman sus reservas. El Presidente -en su pequeñísimo discurso- admitió por primera vez con todas las letras, que el modelo que aplican es solo sustentable con financiamiento externo, ese que hoy se encareció. Pero, como además el gobierno abandonó toda la administración del comercio exterior y la posibilidad de tener divisas genuinas, el coctel se hace explosivo, tal como hemos advertido reiteradas veces en los espacios del domingo.
El anuncio de las negociaciones con el FMI en busca de 30 mil millones de dólares, trató de calmar una nueva corrida contra el peso, que se disparó a niveles peligrosos. Sin embargo, no logró calmar las aguas por lo menos hasta el cierre del martes, día del anuncio.
La pregunta que queda es para qué volver.
Si volver al FMI es para seguir su letra chica del préstamo de ajustes, recortes y depresión, las experiencias recientes de Grecia, España, Francia o Nicaragua desmienten las afirmaciones del ministro Dujovne, de que el FMI cambió.
Si la vuelta al organismo internacional es para seguir financiando déficits comerciales exorbitantes por la apertura indiscriminada de importaciones, fuga de divisas, remisión de utilidades a casas matrices, entre otros; solo se abrirán las puertas del infierno, por que los 30 mil millones se irán más rápido de lo que lleguen.
La situación es delicada. Un rumor, que es casi una certeza que corre por la City, es que el stock de LEBACs no baja, lo que hace suponer que las LEBACs vendidas fueron recompradas por otros tenedores o por los bancos oficiales.
Pero además, los números del ajuste no dan. Si el gobierno quisiera ajustar -como seguramente pedirá el FMI- para cubrir el déficit creado por el descalabro de la balanza comercial y los intereses que generan las LEBACs y los compromisos de deuda, tendría que recurrir poco menos que a la disposición que toman en Estados Unidos cuando se atrasa el presupuesto, cerrar el gobierno.
Conocer los términos de la negociación y las medidas que tome el Ejecutivo en los próximos días será fundamental para ver si, como anticipó el ministro Dujovne, el FMI y el Gobierno aprendieron de los pasos anteriores por el infierno.
Nos llevan por el peor camino y al final se irán a su casa sin haber sufrido nada: el perjudicado es el ciudadano que trabaja y no se puede proteger. Mala gente TODOS los políticos: sin ideas, sin profundidad, vagos