Con una fulgurante carrera política como diputado, alcalde y gobernador del segundo estado más poblado de Venezuela, Henrique Capriles debe hacer gala de esa experiencia para no defraudar a la oposición, que lo escogió el domingo como su única carta para vencer al presidente Hugo Chávez.
Al carismático abogado de 39 años le viene ahora un arduo camino para medirse frente a frente en las presidenciales de octubre con el militar retirado de 57 años que gobierna desde 1999 y que, junto a su poderosa maquinaria partidista, acumula una sorprendente cadena de triunfos electorales.
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"Yo me siento con una energía que no tiene Chávez, que hoy está en su zona de confort. Y lo mejor es que él cree que no puede perder; que lo siga creyendo", dijo Capriles recientemente.
Chávez, quien asegura haber superado el cáncer que lo afectó el año pasado, buscará la reelección montado en una popularidad cercana al 50 por ciento gracias a su carisma y sintonía con la mayoría pobre del país ganada, en gran medida, con una decena de programas sociales alimentados por la renta petrolera.
Pero Capriles, que se autodefine como de "centro izquierda", asegura que el mandatario no monopoliza la política social ni el cariño por los más necesitados.
El gobernador "de calle", como es conocido, empieza sus jornadas muy temprano, se mueve en moto para evitar el caos vehicular de la capital Caracas, viste gorra, pantalones y polos deportivos, disfruta del contacto con la población y, al igual que Chávez, soñaba de niño con ser beisbolista profesional.
Fuente: Infobae