Destrozos en espacios públicos

Preocupación por hechos vandálicos en las plazas de Malargüe

En los barrios Nueva Esperanza y Martín Güemes del Oeste del departamento y en la plaza El Progreso, del barrio Rufino Ortega, nuevamente, vándalos rompieron luminarias y juegos.

En lo que va del año se están dando varias situaciones que preocupan a las autoridades de Malargüe ya que vándalos producen daños en  luminarias de plazas y calles, rompen los juegos para niños, bancos y hasta depósitos utilizados para el resguardo de herramientas de los placeros.

En plaza El Progreso, ubicada en el barrio Rufino Ortega, al Este de la Ciudad, es una constante los daños que se producen en sus lámparas, como así también los destrozos que en la garita donde se guardan implementos y herramientas que utiliza el personal municipal para el mantenimiento de uno de los espacios más nuevos y vistosos.

Los ataques al frente del deposito de la plaza de El Progreso, construido para albergar a placeros y serenos.

Desde hace dos años, este edifico, el cual ha sido víctima de intentos de incendio, fue acondicionado oportunamente para albergar a un sereno. Pero por los constantes ataques que sufría a la madrugada se dio marcha atrás.

En el extremo Suroeste de la Ciudad, la situación se repite constantemente. Aquí, en la plaza del barrio Nueva Esperanza, donde el presidente de su unión vecinal, Aladino Zurita, solicitó a los padres de los adolescentes que presten atención a las acciones que realizan sus hijos en horas de la noche "que  atentan contra el espacio público y contra  el resto de los vecinos, ya que son los niños y familias del barrio los que se ven imposibilitadas de disfrutar del lugar".

A este pedido se suma el del director de Servicios Públicos de Malargïe, Omar Villar, quién pidió a los vecinos de toda la Ciudad que denuncien estos hechos vandálicos, poniendo a su disposición la línea telefónica  0-800-9996122 para que de inmediato la Policía asista al lugar.

Villar comentó que son casi veinte las luminarias en los últimos quince días las que se han inutilizado por roturas con piedras, palos o pedazos de hierro.

El hecho se agudiza aun más por los elevados costos que tienen estos equipos eléctricos ya que alcanzan los 2.500 pesos, porque se deben remplazar por completo aquellos que fueron dañodos.

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