La ola de frío polar que cubre toda Europa es "consecuencia directa del cambio climático", que potencia la frecuencia de los fenómenos extremos, aunque entra "dentro de la normalidad" y no es tan "inusual" como cabría esperar, afirmó Fernando Valladares, científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Centro de Ciencias Medioambientales de Madrid.