En el marco de una ya preocupante escalada en el conflicto con Inglaterra por la soberanía de las islas Malvinas, se estrena hoy en nuestro país "La Dama de Hierro", una suerte de biografía de Margaret Thatcher, primera ministra de Gran Bretaña entre 1979 y 1990, y en consecuencia a cargo de ese país durante el llamado
"Conflicto del Atlántico Sur". Dirigida por por Phillyda Lloyd ("Mamma Mía!") y protagonizada por Meryl Streep, quien recibió una nominación al Oscar por este trabajo, la película repasa la historia de la polémica "dama de hierro" desde sus inicios en la política hasta e presente, a los 87 años, y afectada por la enfermedad de Alzheimer.
Quizás en otro momento la llegada a las salas cinematográficas nacionales de este film no hubiera pasado más allá de las típicas controversias televisivas. Sin embargo, teniendo en cuenta los antecendentes locales (la película de Madonna y Alan Parker sobre Evita por ejemplo), y el buque de guerra que se aproxima a las islas, no sería raro que la cuestión "derrape" hacia una áspera banquina.
Pero obviamente no sólo en Argentina, esta básica e incompleta biografía de un personaje histórico levanta "polvareda".
En Gran Bretaña, mientras la izquierda la ve como un instrumento de propaganda de los años de Thatcher; los conservadores, con el primer ministro David Cameron a la cabeza, se espantaron al ver a su héroe político, a su mito del siglo XX, disminuido por la enfermedad.
"Meryl Streep tiene una actuación fantástica. Pero no puedo dejar de preguntarme por qué se ha tenido que hacer ahora. Es más una película sobre el envejecimiento y elementos de la demencia que sobre una extraordinaria primera ministra", declaró Cameron.
Por su parte, la joven diputada Louise Mensch, en el pasado admiradora de Thatcher, opinó "Meryl Streep seguramente ganará un Oscar por su fantástico retrato", pero "se entra demasiado en la demencia de Thatcher y demasiado poco en sus logros". Para Michael Heseltine, rival de la Dama de Hierro y en cierta medida el hombre que provocó su caída, "la señora Thatcher fue una formidable primera ministra y hacer una película sobre su última etapa me parece de un mal gusto extraordinario". Y el historiador y cineasta David Torrance escribió en CNN que la cinta "debido a su simplismo y a la presentación aséptica de la obra de su gobierno" (...) "se va a convertir en una útil propaganda para el Partido Conservador", sobre todo entre una población joven que no ha conocido a Thatcher directamente.