Medellín recurre a sus héroes para luchar contra el delito
Grandes fotografías de un vendedor de verduras o de una madre de 14 hijos fueron colocadas en edificios de un conflictivo barrio de la ciudad como ejemplos de una vida digna para la juventud.
Medellín se ha convertido en las últimas semanas en una gran exposición artística con la veintena de imágenes del proyecto Héroes sin fronteras, con el que la alcaldía pretende prevenir el reclutamiento de jóvenes por la delincuencia en una de las ciudades más violentas de Colombia.
"Se ha querido homenajear a 18 héroes cotidianos, personas sencillas del barrio que, sin tener títulos de estudios, son un ejemplo para los niños porque nunca se han adentrado en la ilegalidad", explicó a la AFP la psicóloga Lina Álvarez, quien colaboró en este proyecto del programa Paz y Reconciliación de la alcaldía de Medellín (noroeste).
También se espera que la iniciativa contribuya a desestigmatizar a los barrios populares de Medellín, que en la década de los 90 se convirtieron en campos de batalla por la guerra del Estado contra el narcotraficante Pablo Escobar y su cártel.
Las fotografías fueron colocadas en fachadas y tejados para que sean visibles desde las cabinas del Metrocable, un teleférico público que está integrado en el sistema de transporte de la ciudad.
"Queremos mostrar a la gente que visite el metrocable que ese barrio tiene un futuro diferente al de la violencia, que tiene muchas cosas positivas", describió Álvarez.
Las imágenes muestran a ciudadanos como María Emiliana Oquendo, quien hoy tiene 86 años y sacó adelante a 14 hijos con su trabajo como modista; a artistas urbanos como Jonathan Uribe, quien abrió una escuela de rap gratuita, o al vendedor de verduras y bailarín de tango Gilberto Idarraga.
"Nuestro aporte no es más que el de luchar siempre por hacer las cosas bien", dijo con modestia Idarraga al diario local El Colombiano.
Algunos de los personajes aparecen mostrando mensajes como "armonía y tolerancia", "amor" o "libertad". Fueron sus propios vecinos más jóvenes, los alumnos de tres escuelas del barrio, quienes eligieron a los líderes sociales que debían aparecer en las fotografías, tomadas por el colombiano Felipe Mesa.
El nombre de Héroes sin fronteras hace referencia al fenómeno conocido en Medellín como fronteras invisibles, el dominio de facto del crimen organizado en varios sectores a través del asesinato, extorsión y hasta desplazamiento intraurbano de población.
Álvarez recuerda que la iniciativa está inspirada en trabajos similares del fotógrafo y activista francés JR, quien en los últimos años ha revestido con grandes retratos zonas conflictivas de la periferia de París, las favelas de Rio de Janeiro y otros lugares del Medio Oriente y África.
En los últimos tiempos, Medellín ha logrado atajar los desmedidos índices de asesinatos de la época de Pablo Escobar, quien fue abatido en 1993, empleando ambiciosos proyectos sociales y educativos.
Sin embargo, la violencia del narcotráfico persiste en esta urbe de 2,3 millones de habitantes, que el año pasado registró 70 homicidios por cada 100.000 habitantes según un estudio de la ONG mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública, basado en reportes policiales colombianos.