"Mientras persista la confrontación, el canje de prisioneros de guerra debe elevarse a norma constitucional que obligue al Estado", dijo en un vídeo publicado en internet Iván Márquez, uno de los siete integrantes del secretariado de las FARC, el órgano de dirección política y militar del grupo rebelde.
No obstante, una reciente intensificación de sus ataques violentos a vitales infraestructuras del país sudamericano contrasta con cualquier salida negociada o política al conflicto interno de casi cinco décadas que ha cobrado miles de vidas.
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos insiste en que las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) están debilitadas por una ofensiva militar apoyada por los Estados Unidos y puso la liberación de los rehenes y el cese de los ataques como condiciones para dialogar con el grupo rebelde.
El ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, rechazó la propuesta de la guerrilla y dijo que elevar a una norma constitucional el intercambio de secuestrados por rebeldes presos sería "el absurdo de los absurdos".
El Gobierno descartó en el pasado la posibilidad de realizar intercambios de rehenes por rebeldes presos al considerar que hacerlo es abrir un camino permanente al secuestro de efectivos de las Fuerzas Armadas y de civiles.
Las FARC, consideradas una organización terrorista por los Estados Unidos y la Unión Europea, llegaron a tener en su poder a más de 60 rehenes, incluida la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y tres estadounidenses, que buscaban intercambiar por guerrilleros presos. Pero muchos fueron rescatados por las Fuerzas Armadas y otros se fugaron o murieron en la selva. Algunos fueron liberados por las FARC en forma escalonada en lo que para el Gobierno es una estrategia de la guerrilla para ganar protagonismo nacional e internacionalmente y limpiar su imagen.
Sentado frente una mesa en lo que parece ser un claro en medio de la selva, Márquez no hizo mención a los alrededor de 300 civiles que el Gobierno calcula que mantienen secuestrados y por los que exigen millonarios rescates.