El príncipe Alberto de Mónaco acaba de llegar de la luna de miel que compartió con Charlene y lo primero que hizo al llegar fue convocar a los periodistas para dar explicaciones sobre su curioso viaje. Curioso porque duró menos tiempo del previsto y se supo que los recién casados no sólo dormían en camas separadas, sino que también en hoteles distintos.