Entrevista exclusiva

Cornejo, en exclusiva: "A la gente hay que decirle la verdad, vivíamos en una ficción"

El gobernador da su primera entrevista a un medio, a solas, cuando ha cumplido los primeros 500 días de gestión.

El hombre es el funcionario más poderoso de la provincia. Termina el día, cae la tarde de otoño en la ciudad y sale de su despacho dispuesto a someterse a una entrevista de una hora con preguntas y respuestas que repasan su año y medio de gestión. Buena parte de la tarde la ha ocupado en reuniones con su equipo de ministros, cuasi informales. Viste de jeans y zapatillas y lo primero que pregunta es si la cámara de TV que lo apuntará durante la charla dejará ver las zapatillas. Se preocupa para que no salgan en el cuadro. Saluda, se pone el saco, se sienta en uno de los sillones del salón contiguo en donde lo hemos esperado unos minutos para la nota y se prepara para el fuego.

El gobernador Alfredo Cornejo da su primera entrevista a un medio, a solas, cuando ha cumplido los primeros 500 días de gestión. Algo tenso en el comienzo, con los minutos se va relajando y aflora en gran medida su pensamiento más profundo sobre el lugar que ocupa y el rol que, cree, está obligado a cumplir por mandato de quienes lo votaron y los que no.

El gobernador en su despacho de Casa de Gobierno.

Cornejo rechaza enfáticamente que lo tilden de autoritario y responde con una sonrisa, forzada y molesta, cuando le decimos que es dueño de un estilo similar al de Néstor Kirchner, al político ya desaparecido y ex presidente que en su momento admiró.

Para salir del mote de autoritario y duro que muchos creen ver en él, prefiere explicar que no hace otra cosa que ejercer el poder. El poder, para Cornejo, significa una herramienta que usa para defender el interés general por sobre el particular, según señala. Y carga contra el peronismo y el FIT, contra toda la oposición, a la que acusa de defender intereses individuales o particulares como el de los empleados públicos. "El interés público no lo defiende nadie, salvo el gobierno", lanza como un guadañazo y por eso, agrega, "el poder que nos dio la ciudadanía lo estamos ejerciendo".

A la crítica de que su gobierno no le permite soñar a la ciudadanía y que sólo la condena a esfuerzo y sacrificio, Cornejo no sólo la rechaza sino que aumenta la apuesta al manifestar que es el único de los últimos gobernadores, tanto peronistas como radicales, que tiene un pensamiento estratégico para la provincia sin vender humo y sin puestas en escena como las licitaciones de grandes obras que se licitaron y se adjudicaron, pero sin financiamiento.

Niega haber impulsado la fallida reforma de la Constitución incluyendo su posibilidad de reelección. "Si lo hubiera hecho le habría puesto la firma a algún proyecto y lo hubiera enviado a la Legislatura, pero no lo hice", afirma. Y hacia el fin de su mandato y sobre su futuro, Cornejo asegura que no debería preocuparse si es que logra que la gente viva mejor, los privados generen riqueza y logra mejorar los servicios del Estado. "Si eso pasa, mi persona se valorizará", afirma con seguridad fría. Un Cornejo a fondo y sin concesiones.

-Cumple un año y medio de gobierno, ¿qué hay en el haber y qué en el debe de la gestión?

-Me encuentro en falta, es lo que siento. El deber es mucho más amplio que el haber. Vamos por el camino correcto, con orden administrativo y en las cuentas públicas. Siento que mejoramos en lo sustantivo, por ejemplo en la educación, en la salud y en seguridad inclusive. Las expectativas están bajas también, la ciudadanía está descreída y desesperanzada. Las reformas que estamos haciendo rendirán frutos en los próximos años, por ejemplo en educación.

-¿Se refiere a la calidad?

-Sí. Romper la inercia que traíamos con chicos que terminaban el séptimo grado sin las operaciones básicas de matemáticas, o sin saber leer y escribir correctamente. A veces me da un poquito de vergüenza que se diga qué objetivos tan pobres que tiene este gobernador. Pero es así.

Cornejo fue entrevistado por Marcelo Torrez, Director General de Medios Andinos.

-¿Tan mal están los chicos? ¿tan bajo se cayó?

-Bueno, no todo es atribuible al gobierno anterior. Hay una inercia que viene de muchos años en donde el sistema educativo se relajó. Tenemos un retraso importante y también eso hizo bajar la exigencia al docente.

-¿Y usted cree que por tener el docente en el aula más que antes o por el ítem Aula eso cambió?

-Sí, claro. Es imprescindible que el alumno y el docente se encuentren en el aula para mejorar la calidad. Estamos más exigentes con el alumno, es cierto, pero además el alumno empieza a ver que si está el docente en clases él no tiene por qué faltar. En los últimos años se han registrado hasta 80 ausencias por año. Cuando yo iba a la escuela no se podía faltar más de quince veces. Insisto, sin esta condición no se puede alcanzar la calidad.

-Usted dice que ve en la gente pocas expectativas, por el desánimo de los últimos años, pero no puede desconocer las demandas que existen y que son enormes.

-Sí, por supuesto, no lo desconozco.

-¿Y qué pasa en usted? ¿qué piensa frente a eso? ¿lo atormenta, lo obsesiona o lo toma con tranquilidad?

-Mire, el primero que percibe esas cosas soy yo. No hace falta que nadie me las diga. Sé que es así. Algunas cosas puedo hacer yo y otras dependen de la nación, por ejemplo la inflación que baja pero no tanto, hay una sensación de inseguridad y casos de inseguridad importantes, lo reconozco; o el temor a perder el empleo privado para lo que nosotros tenemos algunos pequeños instrumentos que estamos poniendo en marcha.

-¿En qué casos?

-Le doy dos casos: cuando asumí la empresa Alco en el valle de Uco estaba sin funcionar, con deudas y demás. Ahora la compró un grupo norteamericano y tiene un proyecto superador. Diarco, ha comprado Molto en San Rafael. El nuevo dueño de Molto está viniendo el 29 de mayo y vamos a hacer esa presentación que ahora le adelanto. Hemos intervenido en esas articulaciones y me pone optimista y creo que tenemos que transmitir ese optimismo que no tiene que ser forzado, sin vender humo.

-Hay una porción de mendocinos que le pueden aceptar su propuesta de buena administración y decencia, pero a la vez reclaman mejoras en la vida cotidiana. Hay gente que ha perdido el empleo, pymes que debieron cerrar, el consumo cayó y con decencia y buena administración no se come.

-A los ciudadanos hay que decirles la verdad. Estábamos viviendo en una ficción. La economía era engañosa...

-Es cierto, pero hay gente que esa explicación no le cierra y que hoy dice "antes tenía plata, podía gastar y ahora se me terminó".

-Eso es relativo de que estaba mejor. Lo que sí, es que estaba altamente endeudada. Hoy la gente viaja a Chile porque compra de algunos productos más baratos. Lo que espera la gente, eso de contar con precios como los de Chile, se dará paulatinamente. Si al ciudadano le queremos hacer creer que por el sólo hecho de que cambie un gobierno la economía dará un vuelco favorable o desfavorable como dice la oposición, es engañarlo. Pero los primeros signos son positivos. La metalmecánica se formó alrededor de la industria vitivinícola y del petróleo. Queremos reactivar la agroindustria y ahora le hemos incorporado las energías renovables compitiendo con los chinos que tienen mejores precios.

-Bueno ese es el problema también.

-Es un problema, pero también una ventaja. Pero el sector metalmecánico tiene que hacer un esfuerzo por ser más competitivo adaptando precios y costos.

-Pero usted le pide al sector más competitividad, mientras el empresario le puede pedir a usted que baje los costos del Estado y que no le cobre más impuestos.

-Tiene razón. Nosotros en la provincia por primera vez en veinte años hemos rebajado ingresos brutos y sellos para la compra de maquinarias para el agro. No podemos bajar el gasto público de un momento para otro. Si lo que hemos hecho hace crujir, no podemos hacerlo todo de golpe porque generaríamos conflictividad social.

-Días atrás se quejó porque la Justicia no avanza en algunas causas de corrupción de administraciones anteriores ¿a qué se refiere?

-Hay varios casos de corrupción. Uno emblemático: el Estado vendió mosto a un empresario. Este empresario lo compró a 18 millones de pesos pero no lo pagó y lo vendió más barato, a otros mosteros, por 16 millones de pesos. No hay nadie cuestionado por la justicia; ni el funcionario que autorizó ni el empresario que se ganó 16 millones de pesos limpios. Las designaciones irregulares en la planta permanente que se hicieron por el gobierno anterior con decretos antedatados en plena época de responsabilidad fiscal. No hay resolución de la Justicia. Hay también denuncias de enriquecimiento ilícito y no avanzó ningún caso. No sé por qué no avanzaron esas causas.

-Un año atrás dijo que el peronismo se resumía a sólo dos sindicatos grandes a nivel nacional. ¿Hoy cómo lo ve? Le cuento, muchos creemos que debe regenerarse la oposición para que usted no se quede solo en el centro de escena.

-El peronismo y el FIT hoy sólo defienden el interés particular de algunos sectores, no el interés público. En todas las protestas contra el gobierno el kirchnerismo y el FIT están juntos en la defensa de intereses individuales como el de los sindicatos del sector público. El interés general no lo defiende nadie, salvo el gobierno. El particular tiene muchísimos defensores. El empleado público cobra poco, el docente cobra poco, esos son intereses legítimos pero individuales y alguien tiene que representarlos. Pero el interés general, como achicar el déficit, no tomar deuda para pagar salarios, jubilar gente que se tiene que jubilar y achicar la planta para que el celador y el docente ganen más, forman parte del interés general y en eso el gobierno está solo. El poder que nos dio la ciudadanía lo estamos ejerciendo y es en defensa del interés general. No es que yo sea súper poderoso, lo que pasa es que estoy mandando cosas a la Legislatura que tienen un amplio consenso general. La oposición las vota porque la opinión pública les dijo: "¡Ojo!, eso es sensato". Así que reconozcan que el gobierno defiende el interés general. Planteamos cosas que son sensatas.

-El problema que le planteo es también otro: el día que usted se equivoque chocamos todos porque no hay nadie enfrente. Y eso es nocivo para la sociedad. Necesitamos una oposición fuerte y creíble.

-Yo creo que me he equivocado y no hemos chocado. Creo que tenemos que ir hacia una mayor normalidad institucional donde las personas sean menos importantes que las instituciones. Necesitamos gobernantes que tengan poder y que lo ejerzan con criterio de interés general. Es más fácil defender lo particular que lo general.

-Es cierto que usted recuperó la autoridad del Poder Ejecutivo, pero...

-¡Y eso es muy bueno! Lo que pasa que se confunde autoridad con autoritarismo.

-Exacto. Se lo ve autoritario y hasta se lo compara con algunos rasgos que tuvo el kirchnerismo. Usted fue un admirador de Néstor Kirchner.

-Mire, a mi me gustan los gobiernos que ejercen el poder y la sociedad necesita un liderazgo muy fuerte. La sociedad reclama liderazgo, pero también quiere que la escuchen que es lo que trajo la democracia. Esa sociedad quiere que quienes están arriba se ocupen de los problemas y se los resuelvan, no que la hagan ir a asambleas. El dirigente a veces se empodera invocando la participación ciudadana para hacer menjunjes que no puede resolver. La gente quiere que le resuelvan el problema, que la inseguridad la ataquen y no que estén todo el día deliberando. En educación que vayan al problema, que discutan, pero que los chicos aprendan. Eso requiere liderazgo político.

-¿Y usted está convencido de que es esa persona?

-Sí, estoy convencido que lo estamos haciendo. Vamos en la dirección correcta.

-¿Avanzará en la idea de limitar la reelección de los intendentes promulgando la ley del 2009?

-Estamos en eso.

-Pero la Corte se lo puede rechazar declarándolo inconstitucional si alguien hace una presentación.

-Hoy ese criterio puede que haya cambiado. Hay nuevos integrantes en la Corte.

-Todo indica que se quedó con ganas de reformar la Constitución, pero le pregunto: ¿cree que tiene chances ahora en octubre de avanzar en eso?

-En principio lo descarto porque si el peronismo no da sus votos no se puede lograr.

-El peronismo lo rechazó porque entendía que usted buscaba la posibilidad de ser reelecto.

No, no lo rechazó por eso. El comunicado no decía eso. Decía que no era la oportunidad. Igual le digo que si lo rechazaron por la reelección, si tienen ánimo y consenso, imagino que el año que viene se podrá tratar.

-¿En algún momento buscó la reforma de la Constitución incluyendo su posibilidad de reelección?

-Yo he demostrado que las cosas que impulso les pongo la firma. Envío los proyectos y en general la Legislatura los aprueba. Si lo hubiese impulsado decididamente yo, hubiese enviado un proyecto de reforma con mi firma. Y no lo mandé. Lo analizaron algunos legisladores y hasta se discutió un borrador de Juan Carlos Jaliff y la vicegobernadora organizó foros y reuniones. Aparentemente avanzaba hasta esa reunión del Consejo del Justicialismo que la rechazó. Fue ahí cuando les dije a quienes impulsaban la reforma que se olvidaran.

-¿Qué se imagina haciendo en el 2019?

-Cuidando nietos no, porque no tengo (ríe). Me apasiona la actividad política, no la sufro.

-¿Podría ser diputado?

-No lo sé. No lo tengo en mente. Mire, me gustaría que los mendocinos al final de mi mandato estuvieran mejor en líneas generales y que el Estado prestara mejores servicios. Que el sector privado produjera más riquezas. Si esto pasara, se valorizará mi persona y no tendría por qué preocuparme.

-Hay gente que le reclama que le permita soñar en el futuro, que más allá del ajuste se convierta en estadista y piense una Mendoza a varios años, ¿Por qué no lo hace?

-Yo creo que sí lo estamos pensando. Yo divago entre los temas sencillos y en los estratégicos. Muchos otros (gobernadores) hablaron mucho de cuestiones estratégicas y chocaron con que en los hospitales no había elementos básicos. Creo que hay que tener un pensamiento estratégico, pero paralelamente mejorar la administración del Estado. Pensamos en la diversificación y eso es estratégico y eso también trae consigo una sociedad más diversa y compleja. Estamos pensando en el Pacífico y sus mercados y estamos trabajando en los pasos y en el corredor internacional con hechos concretos.

-¿Se hará Portezuelo del Viento?

-Sí, sí. Creemos que el presidente laudará a nuestro favor.

-¿El dique Los Blancos?

-No vamos a tener ahí una solución inmediata. La obra tiene un anteproyecto, no el definitivo y sale 40 millones de dólares ese proyecto. El gobierno anterior hizo un acting porque licitó a obra, la adjudicó pero no tenía el financiamiento. Ahora estamos buscando por dos vías la solución: una por Brasil y otra por China y con el presidente estamos explorando una tercera opción que es a través de la participación público-privado, más o menos de la misma forma que se hizo Potrerillos donde la empresa aporta el dinero y se cobra a varios años con la energía que venda.

-En la corte hay ministros como Palermo y Pérez Hualde con los que ha tenido algunos enfrentamientos ¿son sus adversarios que no defienden sus proyectos, por ejemplo? ¿Qué opina de ellos?

-Tengo un gran respeto intelectual por ellos, pero anida allí el pensamiento de que ellos deben ser el control de un gobernador muy poderoso y me parece que ese no es l papel de la Corte. Y así estamos temiendo que la Corte falle en contra del ítem Aula o de otra cosa y la verdad que en mi criterio debiese haber la mayor de las armonías con controles cruzados, desde ya.

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