Sondeos de opinión reales y mentirosos son las dos caras de una misma moneda. Lo acaban de confirmar las elecciones porteñas. Los candidatos mendocinos deben saber leer entre líneas y Paco Pérez ya lo hace.
Cristian Lozano
Desde hace décadas, quizás con más auge desde 1.990 cuando la globalización irrumpió con todo, las encuestas son un arma de doble filo para las campañas de los políticos. Todos, absolutamente todos, contratan a alguna consultora para que sondee cuál es el panorama, y ver qué posibilidades de lograr el cargo al que aspiran tienen.
Pero, en muchos casos, lejos de ser estos sondeos un espejo de la realidad, que les permitan a los candidatos evaluar las estrategias de campaña de manera transparente; los engañan, les venden un escenario muy distinto al real en algunos casos, mientras en otros, los propios postulantes "pagan" para "dibujar" números con el objetivo de manipular de alguna manera información y electorado. Son las dos caras de una misma moneda.
Esta es la verdad que confirmó la elección porteña del pasado 10 de julio. Los comicios mostraron las mentiras de las encuestadoras. Quizás la explicación sea la utilización de técnicas erróneas de medición, o quizás convenga más venderles a sus respectivos clientes verdades inexactas, que los hagan ilusionar con buenos resultados electorales.
En cierta medida esta realidad le da fundamento a lo que hoy dijo el candidato a gobernador del PJ, Francisco Pérez, ante la consulta de SITIO ANDINO acerca de su manejo y confianza en los sondeos de opinión. "Me guío por lo que me dice y demuestra la gente, estamos en contacto, muy bien. Antes que las encuestas, me interesa escuchar a la gente, ver cuales son las asignaturas pendientes y lo que tenemos que corregir".
Pérez afirmó esto con las elecciones porteñas en mente. Y en ese sentido una sola cosa está clara: en las comicios en los que se eligió al jefe de Gobierno ninguna consultora pudo predecir el resultado y las grandes perdedoras fueron ellas. El triunfo virtual de las encuestadoras fue para las que menos le erraron.
Sergio Berensztein. Error: 4%
Sólo dos encuestadoras, Management & Fit (que lidera Muriel Fornoni) y POLIARQUÍA (dirigida por Sergio Berensztein), fueron las que más se acercaron en sus sondeos previos a los resultados finales y a la brecha que Mauricio Macri le sacó a Daniel Filmus en la primera vuelta de las elecciones realizadas en la Ciudad de Buenos Aires para jefe de Gobierno, legisladores y autoridades de las Comunas.
Zuleta Puceiro. Error: 8%
En el caso de OPSM, que dirige Enrique Zuleta Puceiro, el error fue del 8 por ciento. Si bien daba como ganador a Mauricio Macri, su pronóstico lo ubicó a escasos 11 puntos de Filmus, cuando los resultados de los comicios le dieron una ventaja superior al 20%.
Gustavo González.
Error: 8%
En tanto,OPINIÓN, que lidera el licenciado Gustavo González tuvo el mismo porcentaje de error, incluso predijo mal la misma distancia entre Macri y Filmus.
César Mansilla y Daniel Indorado, de Nueva Comunicación.
Error: 11%
NUEVA COMUNICACIÓN, que dirige César Mansilla, estuvo a 11 puntos del verdadero resultado, estimando escasos 39 puntos para Mauricio Macri, que en realidad logró 47 puntos, por lo que deberá medirse en segundo vuelta con el candidato kirchnerista.
Jorge Giaccobbe.
Error: 7%
Ricardo Rouvier. Error: 12%
PANORAMA fue la que más desatinó, con un error de 14 puntos; ARESCO (de Julio Aurelio) y ROUVIER (de Ricardo Rouvier) tuvieron una diferencia de 13 y 12 por ciento respectivamente; mientras que GIACCOBE (de Jorge Giacobbe) pifió el resultado en 7 puntos. Esta desprolijidad en las mediciones enciende luces de alarma en todo el país, y es lógico que los candidatos duden ahora sobre las mediciones que encargarán para
Julio Aurelio. Error: 13%
saber si están bien posicionados.
Como si fuera poco, las explicaciones de los encargados de las encuestas tampoco dan claridad sobre la pifiada del año. El consultor de OPSM, una de las tantas encuestadoras que no predijo lo que sucedería, dijo que la razón de tanto desacierto "es muy simple". Según Zuleta, "votaron a Macri, en contra de sus deseos, casi todos los radicales, buena parte de los socialistas, casi todos los ´lilitos´, los conservadores republicanos antimacristas de López Murphy, las diversas tribus del peronismo tradicional" y, como colofón, sumó a "dos tercios del 14% de indecisos".
Consideraron al jefe porteño como un instrumento eficiente y menos riesgoso para castigar al gobierno y anticiparon, de este modo, la segunda vuelta", argumentó el, quien además explicó el porqué del voto castigo: "Las encuestadoras subestimaron el voto oculto de protesta, no en contra de Filmus, sino de la pretensión colonizadora del modelo kirchnerista".