El 2011 fue un buen año para la industria discográfica estadounidense, con la primera subida en las ventas de álbumes musicales desde 2004, y un espectacular boom del vinilo.
El 2011 fue un buen año para la industria discográfica estadounidense, con la primera subida en las ventas de álbumes musicales desde 2004, y un espectacular boom del vinilo.
Según un reciente estudio de la consultora Nielsen, en total se vendieron 4,4 millones de álbumes más en 2011 que en 2010 en Estados Unidos, con el CD manteniéndose como el formato más popular, a pesar de la caída de ventas del disco compacto.
Pero el dato más importante que refleja el estudio es que, por primera vez desde la irrupción de Internet, las ventas digitales superaron a las físicas, conformando el 50,3% de las ventas totales de música.
La industria parece haber sucumbido al empuje del nuevo formato y parece haberle encontrado la vuelta para monetizarlo.
Tras ser anunciada como la inminente asesina de la música, la red es ahora la principal aliada de las grandes discográficas, que a través de nuevos servicios están consiguiendo conquistar a unas nuevas generaciones cada vez más digitalizadas.
Otro de los números que más sorprende es la espectacular subida del vinilo: en 2011 se vendieron casi un 40% de discos más que el año anterior.
Un viejo formato que sobrevive a la tormenta digital
A pesar de que el vinilo siempre ha sido popular en círculos underground, la espectacular subida resulta difícil de explicar en un mundo cada vez más digitalizado.
"Mucha gente compra vinilos para tener algo físico en las manos, como simple objeto de coleccionista", dijo a BBC Mundo Goldie McGoldrick, de BM Soho, una de las tiendas de música más grandes de Londres y que trabaja exclusivamente con dicho formato.
El vinilo nunca experimentó una bajón de ventas tan grande como otros formatos, ya que coleccionistas, aficionados y DJs se encargaron de que no desapareciese. El álbum más vendido en 2011 fue el Abbey Road de los Beatles, un disco con más de 40 años.
También las discográficas se están dando cuenta de que el disco no es solo para una minoría. "Son muchas las casas que están lanzando ediciones en vinilo en un intento por hacer cuadrar unos números que no consiguen con las ventas digitales", dijo McGoldrick.
Algunos grupos, como Radiohead, aprovechan el formato para lanzar ediciones especiales de sus álbumes, e incluso hay otros que se han permitido el lujo de editar sus nuevos lanzamientos exclusivamente en vinilo.
El papel de las descargas
Según el estudio, por primera vez una canción en formato digital superó los 5 millones de descargas, lo que da una idea de hasta qué punto las nuevas formas de venta musical están calando en el consumo de entretenimiento.
Las ventas de álbumes digitales subieron un nada desdeñable 19% en 2011 y el total de música comprada en Internet superó a la música comprada en formato físico, por primera vez en la historia.
Mientras que algunos expertos conectan estos números con la eficiencia de la lucha contra la piratería en Internet, otros han visto el intercambio de archivos como un aliado digital de las discográficas.
En un reciente estudio del gobierno suizo un panel de expertos aseguraba que el consumo de música, que ha experimentado un incremento en la era digital, aunque fuese de manera ilegal, favorecía a la industria.
El estudio concluía que la gente que más descargaba de forma ilegal era la que también más dinero dedicaba al entretenimiento, y que más consumía de forma legal otros formatos.
La web especializada Techcrunch asegura en un artículo que las ventas digitales son las responsables del reciente éxito de la industria de la música, y cita además servicios en la nube que están favoreciendo su consumo, como Google Music, i Cloud o Cloud Drive, además del ya hace tiempo rey de las descargas digitales legales: iTunes.
No es coincidencia que las ventas en la industria discográfica se hallasen en continuo retroceso desde 1999, año en el que un joven revolucionó la forma de consumir música en el mundo.
Este fue el año en el que Shawn Fanning creó Napster, la primera web de intercambio de archivos musicales de Internet, que fue cerrada en el 2001, acusada de infracción de copyright. Paradójicamente, el concepto imaginado por Fanning (el consumo a gran escala de música en la red) es el dominante en el mundo actual.
Los grandes nombres
En cuestión de números, la gran vencedora de 2011 fue la británica Adele, que vendió 5,8 millones de copias de su segundo álbum, 21. La cantante también lideró el ranking de la canción más reproducida, con su Rolling in the deep, y su album fue el que más sonó en la radio estadounidense.
Estos números son bastante positivos si se tiene en cuenta que durante los últimos años los discos más vendidos en EE. UU. han manejado en torno a las 3,5 millones de copias.
Hay que viajar hasta 2004, año en el que Usher vendió 8 millones de copias de su álbum Confessions, para ver algo parecido.
En los años 90 los discos más populares no bajaban de las 5,8 millones de ejemplares. En 1999 y 2000, los Backstreet Boys y NSync consiguieron vender más de 9 millones de copias de sus albums.
Más de diez años después, y tras cambios de formatos y malos augurios sobre el fin de la música, este arte, como forma de consumo, está muy lejos de desaparecer.