El ex secretario general de la Conmebol Eduardo Deluca y los empresarios Hugo y Mariano Jinkis, se sentaron hoy en el banquillo de los acusados en un juicio de extradición requerida por la justicia de Estados Unidos que los acusa de integrar la red de corrupción conocida como FIFAgate.
Deluca, un dirigente de máxima confianza de Julio Grondona y los empresarios propietarios de la firma Full Play se sometieron al juicio a cargo del juez federal Claudio Bonadio, quien el martes próximo a las 13 dará la sentencia.
Será el primero juicio de extradición en la Argentina en tono a la solicitud de un juzgado de Nueva York en el marco del FIFAgate, la investigación que encabeza la fiscal Loretta Lynch.
Los otros tres argentinos imputados en la red de lavado de dinero y sobornos, son el empresario Alejandro Burzaco, quien aceptó ser extraditado de Italia a Estados Unidos, y el ex presidente de Quilmes, en su condición de ex secretario general de CONMEBOL, José Luis Meiszner, cuyo trámite está en proceso en un juzgado federal de Quilmes.
El juicio a Deluca y los Jinkis se llevó a cabo en la sala B de los tribunales de Comodoro Py, con la presencia del fiscal federal Eduardo Taiano.
Deluca fue secretario de la CONMEBOL entre 1986 y 2011 y lo sucedió Meiszner, ambos hombres de extrema confianza de Grondona.
Hugo y Mariano Jinkis, padre e hijo, están imputados en "lavado de dinero y fraude electrónico".
Depositaron una fianza de 12 millones de pesos para irse a su casa mientras dura el proceso.
Los cinco argentinos forman parte de casi una treintena de dirigentes, entre ellos tres ex presidentes de CONMEBOL -Nicolás Leoz, Eugenio Figueredo y Juan Ángel Napout-, y empresarios investigados.
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