Andrés Di Cesare fue imputado por homicidio agravado por estar seriamente comprometido en el crimen de Julieta González (21), la chica que había desaparecido el Día de la Primavera y que apareció asesinada a golpes seis días después en Cacheuta, Luján. El principal sospechoso, con quien la víctima tenía una relación amorosa, fue detenido el martes al mediodía cuando caminaba por Alsina y Maza de Gutiérrez, Maipú.
La fiscal Claudia Ríos, de Homicidios, lo notificó formalmente de la imputación pasadas las 12 y Di Cesare tenía intenciones de declarar, pero por consejo de sus abogados, se abstuvo. La acusación que recayó sobre él fue la de homicidio agravado por mediar violencia de género, es decir, por femicidio.
El sospechoso fue trasladado por personal de Investigaciones y quedó alojado en un calabozo del Palacio Policial hasta que, en un par de horas, sea trasladado hasta la penitenciaría de Boulogne Sur Mer, en Ciudad.
Julieta González desapareció el 21 de setiembre cuando salió de su casa de calle Pescara de Maipú. Su madre, una policía que trabaja en la Comisaría Décima, dejó de tener noticias de ella y, al día siguiente de su desaparición, encontraron su campera y el DNI cerca de la destilería.
La chica tenía 21 años y fue asesinada a golpes.
De ese lugar analizaron las cámaras de seguridad y lograron tener algunas pistas sobre quién había sido el autor. Luego de otras medidas, confirmaron que el principal sospechoso era Andrés Di Cesare, hijo de un empresario del transporte y conocido de la víctima desde chico.
La madre de Julieta, Susana González, quien esperaba para conocer la imputación, explicó a este diario que el acusado y la joven "se conocían de chiquitos pero nunca imagine que podía pasar algo así. Ellos tenían plata y cuando eran niños jugaban en una pileta que tenían. Pero nunca vino a mi casa", sostuvo.