La ilusión de la mayoría de los cordobeses de ver a su coterráneo Paulo Dybala entre los titulares en el encuentro de hoy frente a Paraguay fue apagada por el entrenador Edgardo Bauza y muchos de ellos aun no lo creen.
La ilusión de la mayoría de los cordobeses de ver a su coterráneo Paulo Dybala entre los titulares en el encuentro de hoy frente a Paraguay fue apagada por el entrenador Edgardo Bauza y muchos de ellos aun no lo creen.
"¿En serio no juega Dybala?", preguntó un kioskero al ver la formación en una pantalla de televisión, y luego los demás clientes se sumaron a las críticas al director técnico, que a esa hora debía estar en la concentración en Salsipuedes, 30 kilómetros más al norte.
El mismo delantero ayer publicó en su cuenta de la red social Instagram una foto suya cuando era chico y actuó como alcanza pelotas del seleccionado en el mismo estadio donde se jugará el partido de hoy, acompañada por un mensaje en el que decía que su "sueño es ganar y poder hacer un gol en el Kempes con la remera de Argentina".
PRECIOS DE LA GASTRONOMIA "CANCHERA" POR PANTALLA GIGANTE Los precios para los entremeses y bebidas que se vendieron en el Kempes fueron expuestos en pantalla gigante para que el público sepa el valor oficial. Así un café se vendía a 30 pesos, pasando por el agua o la gaseosa a 50, igual que los súper panchos, hasta los 70 que costaba una hamburguesa con queso.
EL MERCHANDISING CELESTE Y BLANCO RODEO AL ESTADIO Los habituales vendedores de remeras, banderas y todo adminículo celeste y blanco se hicieron presentes en los alrededores del estadio Mario Alberto Kempes.
Lo más vendido, como de costumbre, fueron las banderas y las camisetas albicelestes.
Las banderas, en dos tamaños diferentes, costaban 50 y 100 pesos de acuerdo a su tamaño, y las casacas albicelestes 250.
CONEXION DE INTERNET POR CABLE PARA TODOS Para asegurar las buenas condiciones de trabajo para la prensa escrita, la organización del partido habilitó conexión de internet por cable para todos los periodistas.
Incluso a cada uno le fueron facilitados los cables necesarios para poder acceder al servicio.
Además, se prohibió la conexión al servicio de wifi desde teléfonos celulares, para que no le saturen el sistema a quienes de todos modos lo necesitaron para sus ordenadores portátiles.
LA BATALLA DEL ASPERSOR Una hora antes del encuentro, tres hombres encargados de regar el césped ingresaron al campo de juego con un aspersor conectado a la red de agua por una larga y gruesa manguera y tuvieron una intensa lucha con el artefacto.
La presión del agua al parecer era tan fuerte que en el momento en el que intentaron trasladar la maquinaria a otro sector del campo tuvieron que juntarse los tres para que se mantuviera en pie y no esparciera el líquido hacia todos lados.
Los hinchas aplaudieron a los esforzados trabajadores cuando lograron controlar la situación.