Novak Djokovic decidió regresar a Serbia, mientras se recupera de la lesión en su codo, para descansar y estar cerca de su familia. Además visitó el club en el que inició sus practicas y donde se forjó parte del talento que hoy posee. Tristemente para Nole dicho lugar se encuentra en un estado desolador, ya que fue arrasado por los bombardeos durante la Guerra de los Balcanes en los últimos años de la década del 90.
"Esta es mi cancha y paredón de tenis favorito en el mundo. Acá solíamos pasar tiempo de calidad, preparando comida, y ahora la mitad de las casas no están. Por supuesto, por culpa del bombardeo en 1999. Es triste, pero eso es lo que ocurrió", relató el número uno del mundo.
Sobre esa difícil época, Djokovic agregó: "En ese momento yo no iba la escuela, y aprovechaba para jugar al tenis por las mañanas, cuando no bombardeaban".
Más allá de la tristeza por el lugar con el que se encontró, Nole se dio un pequeño gusto y para recordar su infancia peloteó contra uno de los frontones del club que aún permanece en pie, aunque visiblemente desmejorado y con las marcas de las balas producto de la guerra.