El clima es de efervescencia pura, los primeros hinchas pretenden ingresar al recinto lo más rápido posible, como si el juego estuviese a punto de iniciarse. Preguntamos pronósticos y la mayoría se inclina por el equipo de Bauza.
El clima es de efervescencia pura, los primeros hinchas pretenden ingresar al recinto lo más rápido posible, como si el juego estuviese a punto de iniciarse. Preguntamos pronósticos y la mayoría se inclina por el equipo de Bauza.
En la primer entrada al Malvinas un grupo de hinchas cordobeses apuran la gaseosa para poder entrar al estadio. Mario toma la batuta del grupo de hinchas de Talleres que vinieron para ver ganar a la selección. "Ganamos 2 a 0" suelta con confianza, "Messi y Prato marcan los goles" suelta convencido.
Junto a él está su hijo Damián y su sobrino Emir, los dos rondan los 15 años y se ponen de acuerdo en adelantar un 1 a 0. "Vamos a sufrir, somos Argentina" sueltan casi a coro y remarcan que Messi será el cerrajero de un partido trabado.
Ya en los primeros escalones, Julieta espera a su hija Alma que termine de comerse una hamburguesa. Son mendocinas y conocen el Malvinas, cada 15 días acompañan a su Tomba querido, pero en ese caso, ambas tienen puesta la celeste y blanca. "Ganamos 2 a 1 como la última vez" dice la madre y se anima: "Dos goles de Dybala" suelta con sorpresa, mientras su hija sigue concentrada en su merienda.
Ya sentado en la platea cubierta está Jorge que supera los 50 años, dice que vino con unos amigos pero que están buscando provisiones: "Hoy ganamos, pero justito" suelta animado, "gol de Messi y a cobrar" comenta con gracia el hombre que se vino de San Rafael para ver al equipo del Patón.
Ronda el optimismo, los hinchas aceleran el paso y la victoria es la dama de la noche a la que todos persiguen queriéndola tener.
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