El argentino Germán Chiaraviglio, quien mañana disputará por primera vez en su carrera la final del salto con garrocha en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, se mostró feliz y emocionado por el logro conseguido y aseguró que todavía no consiguió asimilar que estará en la lucha por un medalla olímpica.
El santafesino, quien consiguió su mejor marca del año con 5 metros 70 centímetros, será uno de los doce garrochistas que disputará la final mañana, desde las 20.35, en el Estadio Olímpico de Enghenao.
"La verdad no caigo. El 2016 venía haciendo un buen año, pero no tenía la consistencia como para pasar los 5.70, y lo hice a un año de haber hecho lo mismo en el Mundial de Beijing y en el torneo más importante. Es a lo que apuntamos los deportistas, a tener el mejor resultado en los torneos relevantes, así que estoy muy felíz", indicó el atleta, de 29 años, en diálogo con la prensa.
Y agregó: "Este es un gran éxito para mi carrera y mi historia personal. Ser finalista en un Juego Olímpico es un sueño cumplido. Por años lo vi muy lejos, así que es una satisfacción enorme".
Esta es la segunda experiencia olímpica de Chiaraviglio, quien en Beijing 2008 no logró pasar a la final: "No lo tomo como una revancha. Esa no fue una buena experiencia a nivel técnico".
"Hoy pasó el tiempo, por ahí tengo alguna cana más, algunas lesiones y operaciones, pero estoy de vuelta. Esas vivencias las pude capitalizar y transformarlas en madurez. No lo tomo como revancha, sino como oportunidad", contó el santafesino, cuya mejor marca es de 5,75 en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, donde obtuvo la medalla de plata.
Chiaraviglio pasó sin problemas los saltos de los 5.30 y 5.45, pero cuando la vara se elevó a los 5.60 llegó el momento del sufrimiento, ya que falló en las primeras dos ocasiones y lo hizo en la tercera. Los 5.70 no fueron menos complicados. El primer intento fue nulo, pero el segundo lo pasó limpio.
"Me sentí cómodo. Hice saltos limpios y tuve el control. Por ahí en 5.60, que lo crucé en el tercer intento, tuve un poco de miedo y sufrí un poco, pero después me pude acomodar. Eso me da tranquilidad y confianza para la final", contó el atleta, que participó de la serie más exigente.
Chiaraviglio quedó quinto en su ronda A de clasificación, en la cual todos pasaron los 5.70, mientras que, en la B, solo lo hicieron tres competidores y, los tres restantes, que pasaron a la final entraron con 5,60. No hizo falta ir a los 5.57, la marca inicial de corte, para evitar lo que pasó en el Mundial de Beijing, donde 16 saltadores cruzaron sobre 5.70 y fue una de las finales más numerosas de la historia.
"Sabíamos que con 5.70 se podía clasificar, aunque se había puesto más alto el corte para que no ocurra lo del Mundial del año pasado. Así que llegó un momento en que nos pusimos a contar, porque uno va viendo lo que ocurre en la otra serie y nos dimos cuenta que con 5.70 ya estaba", concluyó.