Los Félix iniciaron la guerra por la sucesión de Paco, cuando todavía ni asume
Los hermanos Omar y Emir lideran una prematura movida pensando en la candidatura a la gobernación de 2015 del actual diputado nacional. Ya dieron claras señales de su estrategia, que a Pérez y Ciurca no intimida.
Aunque parezca apresurado o muy agarrado de los pelos, es real que hay peronistas que ya comenzaron la interna con vistas a la gobernación de 2015. Basta con leer fino los gestos que los distintos sectores han dado en las últimas semanas, entre ellos, los de los hermanos Félix y las respuestas oficiales que han recibido.
Todo tiene un final, todo termina, habrán pensado los hermanos sureños desde el mismo momento que al mayor de ellos, Omar Félix, le fue negada la candidatura en los cenáculos que presidiera a mediados de año el operador Juan Carlos Mazzón en el hotel Diplomatic, tras los cuales quedara bendecida la formula Pérez Ciurca.
Todo concluye, al fin, habrán imaginado, también, a la hora de pensar que para sucederlo al Paco quedan solamente cuatro años.
Ni lerdos ni perezosos, desde mediados de este año, una vez definidas las candidaturas versión 2011, el actual diputado nacional y su hermano, el intendente de San Rafael, Emir, comenzaron a tejer las alianzas que les permitieran dar fuerza al denominado Eje Peronista con el que desde el sur provincial pretenden reubicarse en la región con la mirada puesta en el 2015.
Lo primero fue acomodar a sus hombres en los principales puestos de las listas a diputado y senadores, batallando fuertemente contra la gente de Malargüe que responde a Celso Jaque y otorgándole algunos espacios de consuelo a los azules del alvearense Juan Carlos De Paolo.
Con mayoría felixista, los flamantes representantes del Cuarto Distrito en la Legislatura armaron rancho aparte, siempre bajo la denominación Eje, para distinguirse entre los peronistas tanto del Senado como de Diputados.
Mientras tanto, los propios Félix en persona gesticulaban sin disimulo su pretendida independencia. Eso se vio en la batalla, que algunos aseguran que será toda una guerra, contra el intendente lasherino Rubén Miranda, y la insólita ausencia de Emir en el acto en que entregaron los diplomas a los jefes comunales electos.
Después, como para copar la parada, decidieron asistir tanto Emir como Omar a la asunción de los legisladores y, de paso, tratar de extraerle al gobernador electo, algunos puestos clave en la repartición de cargos y títulos nobiliarios de los ámbitos ejecutivo y legislativo.
En todos lados el éxito pareció no acompañarlos. Porque, a modo de revancha, Miranda no estuvo cuando los hermanos del sur pisaron la Legislatura; porque ningún visitante ilustre de la fórmula ganadora volvió a visitar San Rafael y porque entre los principales cargos del Ejecutivo y de los bloques legislativos, es evidente que no hay gente perteneciente al dueto sureño.
Por otro lado, también hubo gestos desde las filas del oficialismo provincial en ciernes. A modo de ejemplo, cabe citar que a la inauguración del CEO en San Rafael (el fin de semana) no apareció Pérez, pero tampoco lo hizo Ciurca y eso que este acto era el corolario de uno de los mayores logros de su apadrinado, el ministro de Seguridad Carlos Aranda.
Que el Paco no estuviera presente el sábado en San Rafael, llamó doblemente la atención. Es que no solamente no estuvo en el acto de mayor trascendencia a nivel seguridad en el sur mendocino de los últimos años, sino que tampoco estuvo en el encuentro orquestado por los Felix para crear en San Rafael un Instituto de Formación Política, al que solamente asistieron algunos funcionarios y empleados municipales, y algún convidado a nivel nacional. De la provincia, nadie.
Pero es todavía más llamativo que ni siquiera apareciera Paco en la sesión donde asumieron los concejales de Emir. Acto que tuvo visitas hasta del radicalismo, como la de Enrique Vaquié, pero ningún representante del oficialismo provincial. La ausencia de Paco en el sur se terminó de entender como toda una señal, cuando al comenzar esta semana sí se pudo ver al gobernador electo en el juramento de los concejales de Abraham, en Guaymallén.
Dicen los que gustan no ser citados y se amparan en eso de fuente cercana, que ni Paco ni Ciurca quieren pelearse con los Félix, pero tampoco quieren caer en sus caprichos ya que, en definitiva, lo que está detrás de cada gesto, maniobra y decisión es, primero, la banca nacional que dejará vacante en Diputados Omar y, desde allí, el posicionamiento para la interna peronista que defina al candidato a gobernador del 2015.
De ser así, se entendería que los Félix ya no pensaran tanto, entonces, en San Rafael como en la pelea provincial; y eso los lleva a esta temprana lucha por el poder que reflejan sus últimos gestos.
Pero con lo que no contaban es con esa casi fría despreocupación con la que miran sus actuaciones, desde una platea privilegiada, el gobernador y el vice, electos. Es que ni el Paco ni el Carlos se van a quedar atemorizados ante los precoces términos de la disputa que están dispuestos a dar dentro del PJ los hermanos. Ciurca y Pérez no los pelean, pero no caen en sus trampas, dice ese señor de la fuente.
El primero, a fin de cuentas tiene cintura como para no quedar mal parado en la pelea de su amigo Rubén de Las Heras y el menor de los Félix. Con lo que difícilmente se vea al futuro jefe del Senado necesariamente peleado, pero tampoco arrodillado ante el Eje.
Y el gobernador electo, en definitiva, recién está por comenzar su gestión, con cuatro años que, además, en Mendoza no dan espacio a una reelección. Con lo que también lo tiene sin cuidado la sed sucesoria que tan tempranamente parece haber invadido a los caciques del sur.
De todas formas, si hay algo que tienen claro los peronistas es que cuando adentro, alguien se corta solo queda solo.