La tarde de ayer se presentó sin nieve, aunque que fría al momento de la celebración central en Malargüe en honor a San Cayetano, el sacerdote italiano
La tarde de ayer se presentó sin nieve, aunque que fría al momento de la celebración central en Malargüe en honor a San Cayetano, el sacerdote italiano
fundador de los Teatinos e hijo de una familia rica, desprendiéndose de toda su herencia y bienes, para repartirla entre los pobres.
Miles de fieles recorrieron las calles del este de la ciudad, que se mostraba bajo el manto blanco que dejó la nevada de las últimas horas.
Los seguidores de San Cayetano, que como en todo el país, se cuentan por miles, marcharon pidiendo y agradeciendo por trabajo.
Como es costumbre y tradicional en la fe católica, los religiosos predicaron el ejemplo de vida del santo protector del pan y el trabajo, invitando a los fieles a seguir su ejemplo de vida, marcado por la entrega a los demás.
La procesión dio inicio a las 15 horas desde San Martín y Roca, para culminar una hora más tarde en la Capilla de San Cayetano, justo en la esquina de Roca y Valle Hermoso, para dar inicio de inmediato a la misa que fue presidida por monseñor Taussig.
San Cayetano fue recordado una vez más porque se distinguió por su asiduidad en la oración y por la práctica de la caridad para con el prójimo. Concebía el sacerdocio como un estado de combate y sufrimiento. Fue canonizado por el papa Clemente X en 1671.