Mientras que Berlusconi es pintoresco, polémico y ha caído en desgracia, Monti es un economista respetado y bien conectado con los altos rangos de la Unión Europea.
Es un negociador duro y fue rector de una universidad con la reputación de producir los mejores pensadores de Italia.
Monti ha sido visto antes como alguien que está por encima de la política. Ahora, cada vez más gente lo ve como el hombre que tomará las riendas de una economía italiana al borde del abismo.
Se espera que Monti intente reformar la economía italiana de una manera bastante radical, informa el corresponsal de la BBC en Roma, Alan Johnston, quien agrega que para eso tiene el apoyo de varios sectores.
Pero también se enfrenta a una considerable oposición, sobre todo entre quienes critican que se esté dejando la conducción del país en los que califican como "tecnócratas" no elegidos por el voto popular.
Un importante columnista, Massimo Franco, dice que Monti necesitará un respaldo sustancial del parlamento para poder ser efectivo.
"Si no logra esta mayoría, corre el riesgo de verse obligado a convocar elecciones en poco tiempo. Así que le hace falta un gran apoyo político parlamentario para seguir adelante e imponer las duras medidas que desafortunadamente requiere Italia en este momento".
Intereses creados
En Yale fue alumno de James Tobin, el inventor del "impuesto Tobin", también llamado el "impuesto Robin Hood", una propuesta para tributar transacciones financieras, de modo que se pueda limitar la especulación.
Monti enseñó economía en la University of Turín durante 15 años, antes de volver a Bocconi como rector, en 1984.
En 1994 fue nombrado por Berlusconi comisionado de la Unión Europea para mercado y servicios internos.
Durante su segundo periodo en la comisión, entre 1999 y 2004, Monti bloqueó una fusión entre General Electric y Honeywell, a la vez que batalló contra los poderosos bancos regionales de Alemania.
También emprendió un caso antimonopolista contra Microsoft, por su agrupación de software de audio y video.
En el 2004, la Unión Europea multó a Microsoft por $678 millones, por lo que argumentaba era su abuso de su posición dominante en el mercado.
Por ese tipo de decisiones el economista italiano se ganó el apodo de "Super Mario".
Fuente: BBC Mundo.