Independiente Rivadavia y Boca Unidos de Corrientes terminaron empatados sin goles en el Bautista Gargantini. Dominó la Lepra el cotejo, pero estuvo lejos del mejor nivel y de esto modo el empate no se movió del cero.
Independiente Rivadavia y Boca Unidos de Corrientes terminaron empatados sin goles en el Bautista Gargantini. Dominó la Lepra el cotejo, pero estuvo lejos del mejor nivel y de esto modo el empate no se movió del cero.
Desde el arranque el elenco mendocino fue en busca de las barbas de Sessa. Comandados por Sanfilippo, el Azul encontró, por lo menos en los minutos iniciales, una fórmula para crear peligro en el arco de enfrente, aunque siempre falló en el momento de concretar la ocasión generada adelante.
Del rival poco se puede decir, sin embargo contó con dos oportunidades inmejorables para abrir el marcador. La mala puntería de los delanteros correntinos no le permitió al rival anotarse en la red para suerte de la Lepra, que pareció hacer un poco mejor las cosas dentro del terreno de juego a pesar de algunas zozobras en el fondo.
Gautier y Pereyra enarbolaron dos sendas chances sobre el final del tramo inicial. Cuando se esfumaban los primeros 45 minutos los atacantes Azules le sacudieron el pórtico al Gato, luego de la roja a Escobar, y así Independiente se quedó sin nada a causa de su falta de creación y ante la estrategia de cierre propuesta por la visita.
El segundo tramo también lo tuvo como protagonista al local, que se vio beneficiado por la colorada por protestar a Martinena; el once de Garnero esta vez no supo cómo hilvanar situaciones para hallar la victoria ante un contrario que se cerró muy bien atrás y aguantó el cero en su arco.
Independiente Rivadavia fue preso de sus propios límites y de esta manera estuvo lejos de inquietar al uno correntino. El empate se transformó en una carga y ahora se viene el partido que el hincha no quiere perder, el clásico ante Gimnasia en el Legrotagglie.
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