El cantante catalán introdujo a los mendocinos en una máquina del tiempo para repasar sus grandes obras de sus 50 años.
Suba usted, señor. Anímese. Brínquese a
la magia de pasar de todo. Súbase, dos boletos por un duro. De esta
manera invitó Joan Manuel Serrat a los miles de espectadores a subirse al
Carrusel del furo, a presenciar una Antología Desordenada de canciones que él
mismo eligió entre éxitos y algunas de su propia elección- para festejar sus
50 años sobre el escenario.
Pasadas las 21.45, el Nano irrumpió este lunes en el Arena
Maipú, para seguir una gira que comenzó en febrero y culminará a fines de
julio, redondeando más de 100 conciertos distribuidos en países como España, Portugal, Inglaterra, Francia, Argentina, Chile y Uruguay.
Quiero expresar nuestra gratitud hacia ustedes, que
han tenido la delicadeza de compartir una noche de sus vidas con nosotros, fue
uno de los primeros diálogos del cantante catalán, que desencadenó en una marea
de aplausos hacia él y su banda formada por su gran amigo el maestro Ricard
Miralles en el piano; Josep Más en los teclados; Vicente Climent en batería;
David Palau en guitarra y Raui Ferrer en el contrabajo.
Muy sociable y cómodo sobre el escenario, Serrat interactuó
con el público en casi todas las canciones, tanto encantando con sus geniales
monólogos, como así relatando algunos significados de canciones o breves
repasos de escenas de su vida.
Al momento de hablar sobre su último trabajo que presentó-
de 50 canciones en 4 cds y cantados la mayoría junto a notables artistas,
manifestó que su idea era poder compartir con ustedes lo que ha sido un
discurrir, en líneas generales, muy placentero; junto a los que forman parte de
este camino, los que están entrando ahora y aquellos que se fueron.
Entre los temas que cantó, también se encontraron
algunos en catalán que fueron y son parte fundamental de lo que fue el
desarrollo de mi carrera, declaró Serrat, como Cançó de bressol,
Paraules damor y Ara que tinc vint anys. También asombró con su versión de Hoy
por ti, mañana por mí, canción que compuso en conjunto con Joaquín Sabina en el
disco La orquesta del Titanic.
Otras sorpresas que ofreció a la gente se
correspondió en medio del recital, cuando el catalán de 71 años invitó al
escenario a los artistas mendocinos Sebastián Garay, con el que interpretó Aquellas
pequeñas cosas; y Anabel Molina, con quien cantó Es caprichoso el azar. A ellos
los despidió finalmente con quizás una de las canciones más enérgicas que
tiene: Fiesta.
También hubo un momento de homenaje a los
compositores de nuestra tierra, como fue el caso de Atahualpa Yupanqui, con su
canción Vendedor de yuyos. Sobre este tema, recordó que lo cantó en reiteradas
ocasiones junto a Víctor Heredia, quien lo hizo conocer nuestra provincia, allá
por la década del 70, tocando juntos en el ex teatro Ópera.
De más está decir que las canciones que conmovieron a
los espectadores fueron sus grandes éxitos, entre las que se encontraron Mediterráneo,
El sur también existe, Hoy puede ser un gran día, No hago otra cosa que pensar
en ti, Para la libertad, Pueblo blanco y Lucía.
El show culminó, luego de un par de bises, con Cantares -la gran prosa de Antonio Machado- con toda la
gente de pie, felicitándolo tras 2 horas de un recital impecable. Espero que
nos volvamos a encontrar en un rato, finalizó el Nano, compartiendo seguramente- el mismo sentimiento que el de
su público.