La organización armada ETA entró el viernes en la campaña para las legislativas del 20 de noviembre en España defendiendo el proyecto de la izquierda independentista vasca en sus primeras declaraciones tras el reciente anuncio del fin de la violencia.
En una entrevista al diario independentista vasco Gara, dos responsables de ETA anunciaron su disposición a negociar una entrega de las armas con el gobierno español que surja de las urnas, aunque este proceso debería ir acompañado de "la vuelta a casa todos los presos y presas vascos".
"Cualquier otra opción sólo puede plantearse desde propósitos de venganza o por intereses políticos particulares, pero no si se pretende construir una solución firme y duradera. ¿Alguien puede imaginarse la paz con las cárceles de España y Francia llenas de presos políticos vascos?", según los portavoces, que llamaron a "lograr mayor adhesión" al proyecto de la izquierda independentista.
Apartada de la política desde que en 2003 la justicia española ilegalizó Batasuna -brazo político de ETA-, la izquierda radical vasca logró un hito en las elecciones municipales del pasado mayo cuando, bajo la etiqueta de Bildu, obtuvo el 25% de los votos en el País Vasco y una alcaldía tan importante como la de San Sebastián.
"La declaración de ETA estaría dirigida a pedir el voto" para Amaiur, coalición independentista bajo la que Bildu concurre a las elecciones legislativas españolas junto a Aralar, antigua escisión no violenta de Batasuna, según una fuente nacionalista vasca moderada.
"La izquierda abertzale (patriótica en vasco, ndlr) no ha variado sus objetivos políticos, no ha dejado de luchar", afirma ETA en la entrevista publicada por Gara, medio habitual de comunicación de la organización armada.
El independentismo político vasco emprendió hace un año un proceso de distanciamiento público de la violencia, que permitió su participación electoral y acabó desembocando en el anuncio del fin de los atentados de ETA.
Muy debilitada por los duros golpes policiales de los últimos años, ETA, responsable de 829 muertos en más de 40 años de violencia por la independencia del País Vasco, lleva desde agosto de 2009 sin cometer atentados en España.
Reconociendo que "la lucha armada (...) ha mostrado señales de agotamiento", los representantes de la organización justifican el distanciamiento de las armas como la única solución para escapar a "una trampa" tramada por el Estado para "dejar a la izquierda abertzale, a través de la ilegalización, fuera del escenario político".
"Había que cerrar un ciclo para abrir del todo el nuevo. Y eso incidía de lleno en la lucha armada", justifican.
Ante el silencio del gobierno socialista español, que en plena campaña electoral no ha respondido al llamamiento de la organización armada a entablar un diálogo que también implica al Estado francés, los responsables de ETA apelan al gran favorito de las legislativas, el líder del Partido Popular (PP, derecha), Mariano Rajoy.
"Ante esta coyuntura histórica, quien tiene muchas posibilidades de ser presidente de España debe actuar con responsabilidad, y es de suponer que Rajoy lo ha entendido así", afirman.
En este sentido, los responsables de la organización aseguraron que "la cuestión de las armas está incluida en la agenda de la negociación entre ETA y el Estado" y precisan que "ETA no estará sentada en la mesa de la negociación política", papel que le corresponde, dicen, a la izquierda independentista vasca.
Sin embargo, el PP ha repetido en varias ocasiones que no negociará con ETA.
"ETA no puede pretender negociar ni en nombre de los terroristas presos ni en nombre de los ciudadanos vascos ni como organización con un gobierno democrático", declaró a la AFP el portavoz del PP en el País Vasco, Leopoldo Barreda.
Sin embargo, para Gorka Landaburu, director de la revista política Cambio 16 y experto de ETA, "cuando un gobierno se encuentra ante la posibilidad de poner punto final a una organización terrorista, lo hará".