Más de 23.000 personas que pidieron auxilio al teléfono 137 por golpes o abusos sexuales recibieron asistencia y acompañamiento domiciliario desde 2006, en el marco del programa "Víctimas contra las violencias", afirmó hoy la psicóloga Eva Giberti, quien informó que "el 38%" de las mujeres atendidas temen denunciar penalmente al agresor.
"El programa es útil e intrépido, opera desde la asistencia pero se opone al asistencialismo, porque evitamos la condolencia con la víctima que la condena a la pasividad y trabajamos para empoderarla en el conocimiento y la lucha por sus derechos", afirmó Giberti en un acto junto al ministro de Justicia de la Nación, Julio Alak.
Giberti, coordinadora del Programa que integran unas 200 personas que ayudan y acompañan a las víctimas 24 horas los 365 días del año, planteó que "el 38% de las mujeres que solicitan ayuda al 137 temen denunciar a su agresor, por lo cual hay un subregistro en la estadística" de violencia familiar.
"Quieren que el marido les pegue menos, pero quedan en mayor peligro porque pidieron ayuda para que se les alivie la situación, y no denunciaron" una vez superada la urgencia.
Giberti dijo que "el Programa ha puesto en evidencia la cantidad de gente que recurre a él para solicitar ayuda, y la visibilidad es importante porque la gente sabe que cuenta con alguien que lo va a ayudar, sobre todo en violencia familiar".
En cuanto a violencia sexual, "las comisarías son quienes han aprendido a llamarnos, ya que cuando tienen una víctima de violencia sexual están obligados a llamar inmediatamente al Programa, y nosotros vamos a hacernos cargo de las víctimas".
Los dos principios básicos de "Víctimas contra las violencias" son la emancipación de la víctima -que no sea pasiva y doliente sino capaz de reconocer y pelear por sus derechos- y el trabajo en campo -el salir de la atención a la víctima detrás de los escritorios-, describió la doctora en Psicología.
Alak sostuvo que los nueve años de acción "han modificado el pensamiento que tenía la sociedad sobre que no existían estas agresiones y violencias en forma tan generalizada, algo que este programa pudo demostrar públicamente, elevando el nivel de conciencia de la sociedad".
"Me parece muy importante lo que resalta Eva de empoderar a las víctimas de estos delitos, porque ha pasado históricamente que muchas no se animan a denunciar o, si denuncian, luego desisten de la acción, o quieren morigerar la agresión pero no llevarla al plano judicial, y eso genera reiteraciones", sostuvo el ministro.
El funcionario se refirió al rol que tuvo el jefe de Gabinete "Aníbal Fernández, quien tomó conciencia desde lo institucional (siendo en 2006 ministro del Interior de la presidencia de Néstor Kirchner) de la necesidad de motorizar las ideas que Eva desarrollaba en sus libros y cátedras, con la virtud de unir pensamiento con acción".
"Ha sido muy importante la instalación en la opinión pública de la existencia del problema y el conocimiento de que hay un programa que da respuesta, y también el cambio en el nivel de conciencia de las víctimas en cuanto a que tienen que tener un rol activo junto al Programa", que desde 2008 depende del Ministerio de Justicia.
Entre los desafíos por venir, Giberti enunció el de "seguir atajando la violencia que se sigue manifestando, particularmente con los chicos víctimas de abuso sexual, y no dejar caer los brazos para seguir enfrentando con las estrategias más operativas las distintas formas de violencias".
En nueve años, el Programa dictó a 24.500 policías federales una asignatura de cuatro meses de cursada, con examen oral y escrito.
Además de un área de "cuidado de los cuidadores", la iniciativa cuenta con la "Brigada contra la explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes", atenta a ese delito encubierto en el turismo, con el teléfono 0800-222-1717.
El llamado al teléfono 137 puede hacerlo la víctima, un vecino o un familiar, y los profesionales de la Brigada de intervención en urgencias cuentan con cuatro abogadas para asesoría jurídica.
La ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres creó la línea 144 a nivel nacional, que pregunta a quien llama en qué dirección está, y si es en la Ciudad de Buenos Aires, lo deriva al 137. A su vez, fueron creadas otras líneas 137 en Misiones (Oberá y Eldorado) y en Chaco.
La brigada móvil contra la violencia familiar está formada por equipos de psicólogas y trabajadoras sociales que son acompañadas por dos suboficiales de la Policía Federal, que se acercan inmediatamente a la escena de la violencia y acompañan a la víctima a la comisaría y al hospital, en caso de ser necesario.
Cuando se trata de una violación, se recomienda ir a la comisaría más cercana sin bañarse, para obtener pruebas que identifiquen al violador; las comisarías de la Ciudad deben llamar inmediatamente a la Brigada, que acompañará a la víctima a un hospital en el que le suministrarán medicamentos para prevenir enfermedades de transmisión sexual y la píldora del día después.