12 de julio de 2011 - 09:40
El ritmo de la vida cotidiana genera que el hombre esté en un constante proceso de actualización que lo involucra en un frenesí permanente para mantenerse competente en esta realidad cambiante. El tráfico, las manifestaciones y las demoras en los medios de transporte público generan una alteración que dura 5 o 10 minutos, trastoca todo lo que estaba perfectamente planeado e invade la tranquilidad de la persona.