A la vanidad de Octavio Augusto le debe el mes de febrero haber menguado hasta los 28 días actuales -29 en año bisiesto-. En el año 23 a.C. renombró el mes de Sextil del calendario juliano como Augustum (agosto), tal como se había hecho antes con el mes de Quintil, que había pasado a llamarse Júlium (julio) en honor a Julio César. No contento con ello y viendo que el mes de su antecesor contaba con un día más que el suyo, le añadió uno que sustrajo a febrero.