La irrupción de los jóvenes de La Cámpora en el círculo del poder quizás sea uno de los fenómenos más sorprendentes de la política argentina del último lustro.
La irrupción de los jóvenes de La Cámpora en el círculo del poder quizás sea uno de los fenómenos más sorprendentes de la política argentina del último lustro.
El choque entre el círculo privado y el público se evidenció con la aparición espontánea de candidatos jóvenes que sufrieron las listas del Frente para la Victoria.
Es así que en Facebook se pueden ver fotos de futuros diputados o senadores que aún no asimilaron el paso a la esfera pública y que conservan capturas que escapan a los estándares de una campaña de imagen.
Es el caso de Marina Moretti, tercera en la lista de senadores provinciales del Frente para la Victoria en la segunda sección electoral de la provincia de Buenos Aires, que tiene chances de ingresar a la Legislatura.
O de Mayra Mendoza, la mujer del titular de la JP bonaerense, José Ottavis, que quedó 15° en la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, lo que prácticamente le asegura su ingreso a la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
El fenómeno se repite en otras provincias, como la de La Pampa, donde María Luz Alonso, amiga de Ottavis, encabeza la lista de diputados nacionales pese a tener sólo 25 años, o Anabel González en Mendoza, que con 28 años y ser una total desconocida en el ámbito público escolta al primer candidato a diputado nacional, Guillermo Carmina.
Malos hábitos
En diálogo con LPO, el consultor Augusto Erbin de la Fundación CiGob (www.cigob.org.ar) e integrante del Foro PoliTICs (www.foropolitics.org.ar), señaló que hay malas prácticas, propias del mundo de las redes sociales y que la política en general no está respetando.
Erbin señaló que el correcto uso de ellas es pautar la comunicación en todas las redes sociales que el candidato usa a lo largo de la campaña.
Lo importante actualmente es asesorarse bien al momento de comenzar a comunicar en redes sociales, porque significa abrir canales que luego deben mantenerse vivos, explicó el consultor. Es decir, cuanto más planificado esté el mensaje y menos librado a la espontaneidad del candidato, la recepción será la buscada.
Lógicamente, el uso espontáneo de las redes sociales es más común en los jóvenes, puesto que el candidato joven está más asociado a nuevas modalidades de comunicación, según dijo Erbin, puesto que se trata de generaciones que migraron a Internet de forma natural porque vivieron el proceso de transformación que generó en la sociedad, y no bruscamente y a la fuerza como generaciones mayores.
Es difícil pensar en Duhalde o Solanas twitteando desde su smartphone, y más lógico pensar en Cabandié haciéndolo; sin embargo no siempre es así, agregó.
Los usuarios que están en Facebook se muestran como son y ponen de manifiesto sus gustos, intereses, tendencias y comportamiento; esto se traduce en una cantidad de información de una riqueza extraordinaria para conocer al ciudadano, y esa información es subida por los usuarios sin que nadie se los exija, sino por gusto y placer propio, para mostrarse, indicó Erbin.
El consultor señaló que antes la masa del electorado era más difusa, hoy Internet y las redes sociales ayudan a identificar y diferenciar, lo que representa tanto una ventaja como un riesgo.
Fuente: Contexto