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Teletrabajo: cada vez más empleados y sin amparo de la ley

El Ministerio de Trabajo estima que hay más de 1 millón 800 mil oficinas en casas de todo el país. Pagan poco y exigen mucho. Un abogado laboralista consultado sostuvo "al carecer de un marco legal favorece la informalidad".

Por Sección Sociedad

Desde que el acceso a internet se hizo masivo en los hogares argentinos el teletrabajo creció ampliamente. Se pueden realizar las tareas más diversas y hasta, a veces, insólitas. La ventaja: no hay que viajar para ir al trabajo. La desventaja: se paga poco, son muchas horas y se cobra en negro o facturando como monotributista.

Desde el Ministerio de Trabajo estiman que hay más de 1 millón 800 mil oficinas en hogares argentinos donde se practican estas tareas. Con los años ha ido cambiando la figura del teletrabajador. En un principio eran muchos jóvenes universitarios, aquellos que buscaban su primer empleo o los que tenían buen manejo de internet.

En la actualidad cada vez más personas mayores y jubiladas aprovechan el tiempo libre en sus casas y realizan esta tarea. Antonio (57) está jubilado como docente y desde hace 7 meses que se dedica a redactar contenidos para páginas de internet orientadas a los juegos de azar. “Mi tarea consiste en escribir textos donde el visitante de la página se sienta atraído para apostar. Son breves y me pagan $5 por cada uno que redacto. Tengo que estar 7 horas conectado y ellos me van pidiendo y me genera una entrada de dinero que suma para la economía de mi hogar”, le explica a INFOnews.

Antonio dice que su hijo fue quien le recomendó que encarara esta tarea. “Me puse a buscar me di cuenta que en internet hay un montón de posibilidades laborales. Es cuestión de tener paciencia hasta que llegue una buena oportunidad y saber aprovecharla. Nadie se va a hacer millonario trabajando desde la casa pero es una alternativa”.

Sin dudas el teletrabajo es una opción que contribuye a conciliar la vida familiar con la laboral, ahorrar tiempo y dinero en no alimentarse fuera de la casa, no trasladarse, no gastar dinero extra en vestimenta acorde y, asimismo, colabora con la sociedad al reducir el tráfico vehicular y la contaminación ambiental.

Desde el punto de vista de las empresas estas ahorran en infraestructura y en lo que refiere a presentismo ya que también se elimina el cargo por accidentes producidos en el traslado al trabajo.

Fuera de la ley

Desde el 2003, a pedido del ministro de Trabajo Carlos Tomada, hay en marcha un plan para establecer un marco regulatorio para esta práctica laboral a distancia, para empleados en relación de dependencia. Así se puso en marcha, en 2007, el Programa Piloto de Seguimiento y Promoción del Teletrabajo en Empresas Privadas (Propet).

Según los datos relevados por el Centro de Investigaciones para la Transformación (Cenit), en su informe “Difusión del teletrabajo en empresas de la ciudad autónoma de Buenos Aires”, algunos efectos de la expansión del teletrabajo son: mejora la calidad de vida de los empleados, 78%; más productividad, 67%; retención, 61%; menos ausentismo, 56%; menos costos, 39 por ciento.

En cuanto a género, se detectó un 45% de hombres cumpliendo con su actividad laboral desde su casa y un 55% de mujeres.

En diálogo con INFOnews el abogado especializado en derecho laboral, Gustavo Boiler, explica que “la modalidad del teletrabajo se afianza como motor de empleabilidad, marcando un cambio de paradigma frente al trabajo convencional, aunque es una instancia que aún carece de marco legal propio por lo cual apela a ley 20.744 de Contratos de Trabajo, mientras que dadas sus condiciones puede favorecer la informalidad”.

En cuanto a la formación profesional no hay un fortalecimiento en este sentido. “En general se emplean personas que se autogestionan, con capacidad para relacionarse vía telecomunicaciones e interpretar fácilmente lo que se le pide”, dice Boiler.

A esta altura la modalidad del teletrabajador está directamente relacionada con la globalización del trabajo, como el caso de los call centers, que fue un verdadero boom a principios de este siglo.

Los teletrabajadores pueden operar desde cualquier parte del mundo, pero por otro lado no escapan a la explotación de mano de obra barata, que favorece a estas empresas -en su mayoría del exterior- las cuales obtienen buenos dividendos y se eximen de pagar impuestos y hacerse cargo del trabajador. 

Fuente: InfoNews

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