Reseña teatral

Las Garganttini: una comedia de intrigas que llegó para quedarse

Por Eugenia Cano

"Basta. En qué se ha convertido esto: ¿en la Casa de Bernarda Alba?", interpela con cizaña una de las seis mujeres que están reunidas y desesperadas en un coqueto comedor. Pero no es la Casa de Bernarda Alba, es el hogar de Las Garganttini. Hay un muerto acuchillado por la espalda en una habitación y cada una de ellas se ha convertido automáticamente en la posible asesina.

En esta familia hay secretos e intereses ocultos que se escupen sin filtro ante la desesperación del hecho. Una reciente viuda, la hija que ha llegado de visita, la madre y la hermana de la viuda, una mucama indocumentada y la hermana bataclana del fallecido, son quienes completan el cuadro de esta comedia "homicida" que irrumpe en la cartelera teatral de la provincia con grandes aciertos.

La obra, inspirada en el argumento de una pieza teatral escrita por el francés Robert Thomas (que también tiene su versión cinematográfica), adquiere aquí un tinte local. Está ambientada en Maipú en la década del 50 y las referencias están a la orden del día. El contexto está cuidado al detalle, desde los diálogos, hasta la puesta escenográfica, el vestuario, los peinados y el maquillaje de las protagonistas. Y si bien esto es parte de una coherencia con la dramaturgia, cada recurso potencia el desarrollo de una historia en la que el grupo de actores se saca chispas sobre las tablas. Porque esa es otra de las particularidades de esta propuesta de enredos e intrigas: Las Garganttini están interpretadas por varones.

La directora de la puesta, Jorgelina Flores, junto al elenco, en el saludo final de la segunda función de la obra. Foto: gentileza Daniel Torrico. 

Bajo la dirección de Jorgelina Flores, Rodrigo Calderón, Guillermo Olarte, Mauricio Fábrega, Exequiel Sosa, Diego Portabella y Ernesto Latino Saa, son quienes se meten en la piel de las integrantes de esta familia disfuncional y el resultado es admirable: una mezcla de drama, delirio y locura que despierta en el público una reacción inmediata.

Es imposible no disfrutar del personaje de Tere, la esposa del finado, que encarna Mauricio Fábrega o de la maravillosa Moni, de Ernesto Latino Saa, que se lleva gran parte de la atención desde el preciso instante en el irrumpe dentro de la trama con una estrafalaria y disruptiva personalidad que contrasta con el resto de las damas de la moral y las buenas costumbres. También hace un trabajo extraordinario Rodrigo Calderón en el rol de la abuela Teofila, y Guillermo Olarte regala una sirvienta campechana y adorable difícil de olvidar. 

Esta entretenida puesta contada en tres actos y con música incidental en vivo ejecutada por Ariel Sedevich, se mueve entre el suspenso, el género detectivesco y la sátira sobre las miserias humanas. El ritmo de la obra es parejo y el tono irónico del relato sabe hacer sobresalir los momentos más descollantes por los que transitan estas señoras presas de sus propias vidas. 

"Las Garganttini" tienen todo para quedarse dentro de la oferta de espectáculos del año ¿Por qué? Porque es una obra que divierte y que al mismo tiempo tiene la virtud de proponer el disfrute de un buen teatro con notorias actuaciones. En el elenco está gran parte de la magia que hace esto posible, pero en líneas generales, la pieza teatral ideada y producida por Gustavo Aguilera y Fernando Cascino, reúne los componentes necesarios para conquistar a un público que ya la aplaudió calurosamente en sus dos funciones de arranque.

Con entradas agotadas, la del estreno y la del último viernes, la obra seguirá presentándose en el Teatro Tajamar del Paseo Alameda. La próxima cita es el 24 de mayo a las 22.


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