Cómo blindar Mendoza de la caída de Macri, la obsesión del oficialismo

Los últimos números de las encuestas en Mendoza demuestran que el presidente perdió adeptos y buena imagen de manera escandalosa. Pasó de más del 60 por ciento positivo en el 2017 al 18 por ciento actual. Preocupa en el gobierno la persistencia del escenario negativo y cuánto afectará al candidato a suceder a Cornejo. La nota a los intendentes del PJ invitándolos a suspender las elecciones. La expectativa por la respuesta de los caciques que se conocerá hoy y lo que decidirán: ¿siguen o no en carrera?

A horas del arranque de la última Fiesta Nacional de la Vendimia que presidirá como gobernador, Alfredo Cornejo está siguiendo en persona los detalles de ese mega evento por excelencia que ofrece Mendoza para el mundo entero. No quiere más disgustos, como aquellos que tuvo recientemente: primero con el anuncio fallido del adelanto del ciclo lectivo para febrero que tuvo que abortar más rápido que temprano; ni como el del arranque del Mendotran, que autorizó implementar en enero estando de vacaciones luego de que le garantizaran que saldría todo bien, que se despreocupara, mientras todavía hoy andan a los palos con las águilas inyectándole correcciones y modificaciones al sistema para calmar a los usuarios.

Cornejo no quiere que lo sorprendan con más cosas raras. Pero hay cuestiones que le preocupan y mucho, y que no controla, como el desánimo social que le devuelve la realidad y las encuestas. Una mezcla de fastidio y enojo, que crece en la sociedad al mismo ritmo en el que se mueven las pésimas novedades económicas y financieras que afloran día tras día en la nación. Si pudiera -comentan cerca de su despacho del cuarto piso de la Casa de Gobierno-, convocaría a elecciones el próximo domingo para evitar que una descomposición aún mayor de la situación para los próximos meses, ponga en riesgo seriamente el objetivo al que se ha aferrado con todo lo que tiene: retener la provincia en manos del oficialismo y entregarle el bastón de mando, en diciembre próximo, al intendente de Capital, Rodolfo Suárez. No hay otra cuestión que supere ese desvelo. Claro que, el escenario nacional, tampoco da respiro, como la obligación de conducir al radicalismo dentro de carriles civilizados y más o menos normales dentro de Cambiemos de cara a la decisión que deberá tomar la convención partidaria hacia fines de abril o primeros días de mayo sobre si enfrenta o no a Mauricio Macri en unas eventuales PASO en la coalición de gobierno.

La preocupación del gobierno está en los números, no sólo los de la economía desde ya, sino en el de las encuestas. Dos años atrás, luego de las elecciones de medio término, la imagen positiva del presidente Macri y la de su gestión en Mendoza superaba el 60 por ciento. Dos años después, con un desplome profundo entre diciembre y enero pasados, el presidente y su gestión son evaluados positivamente sólo para un 18 por ciento de los mendocinos. El resto desaprueba.

¿Cuánto de la caída en la imagen del presidente en la provincia puede llegar a afectar lo que hasta poco tiempo atrás Cornejo consideraba un triunfo más que holgado de sus candidatos? Nadie lo sabe. Pero volviendo a los datos de los sondeos, hasta el año pasado, la buena imagen de la gestión provincial unida a la personal de Cornejo orillaba el 52 por ciento de aprobación. Hoy se mueve entre el 47 y 48 por ciento. Algunos suponen que el efecto negativo de Macri es el causante de esa disminución y aventuran que puede ser mayor aún.

Sin embargo, existen algunas curiosidades en ese mundo siempre tan relativo de lo que van determinado las encuestas. Macri está evaluado positivamente en un escaso 18 por ciento, pero en las simulaciones la intención de voto del presidente sube, en Mendoza, al 23 por ciento, lo que refleja que buena parte de ese ciudadano a disgusto con lo ve, con lo que le ocurre y lo que pasa a su alrededor, puesto en la obligación de votar y de tomar una decisión si la elección fuese hoy, tampoco encuentra alternativas de peso enfrente como para inclinarse por ellas. Una lamentable foto del particular momento del país y de la provincia.

Si estuviésemos frente a la elección, el oficialismo provincial, independientemente de su lucha interna, estaría alcanzando un 38 por ciento de las adhesiones de los votantes, con un 24 por ciento de indecisos. Pero como también Cornejo ha evaluado las proyecciones de ese votante que hoy no elige a nadie, al ingresar al cuarto oscuro podría cosechar de ese universo 7 puntos más, con lo que llegaría al 45 por ciento. Si esto es así, la oposición mendocina, en su conjunto, al gobierno de Cornejo y de Cambia Mendoza puede ubicarse en el 55 o 60 por ciento. El número al que apuesta a disputar el peronismo y sus variantes sin un candidato visible, además de la izquierda, desde ya.

Las encuestas certifican, también, aquello del fastidio y enojo que corporiza el mal humor: hasta mediados del año pasado había un 60 por ciento de los mendocinos que confesaban que su situación económica personal, dentro de la decrepitud generalizada, era más o menos aceptable, llevadera. Hoy, los que siguen afirmando lo mismo se ubican en el 47 o 48 por ciento.

El panorama diario de intención de voto, de estado de ánimo y de pareceres sociales que monitorea Cornejo lo llevan a definir, claro está, sus propias medidas de estricto orden político. Por caso, ayer hizo enviar a los cuatro intendentes del peronismo que resistieron en la Corte la prohibición de volver a presentarse como candidatos en sus distritos -y que han sido habilitados a jugar transitoriamente por la cautelar que interpusieron-, una "invitación" a suspender las elecciones adelantadas en las comunas que lideran (Tunuyán, San Rafael, Lavalle y San Martín). Basó la propuesta en el tiempo que le llevará a la Corte resolver la cuestión de fondo, suponiendo que el tribunal resolverá la constitucionalidad no antes del 28 de abril, el día en que están convocadas las elecciones en los cuatro departamentos.

Cornejo, además de pretender limar las chances de los peronistas en esos distritos buscando bajarlos de las candidaturas, además jugará con el argumento electoral de haber ido en dirección del ánimo generalizado que existe en favor de limitar todas las reelecciones en los cargos electivos. Pero ha sido un mensaje a la Corte, más que a los propios caciques peronistas. Si Cornejo tiene la presunción de que el tribunal no fallará antes de la fecha electoral, ha pretendido con la nota incorporar otro elemento de presión hacia los ministros de la Corte.

Se espera que hoy los intendentes den a conocer un documento como respuesta a la propuesta del gobernador. También será, como se supone, un mensaje a la Corte. Pero hasta anoche no cesaban las reuniones y las negociaciones en el peronismo en torno al controvertido asunto. Es que mañana sábado vence el plazo para que los intendentes inscriban sus candidatos ante la Junta Electoral. Negociaban muchas cosas y en varios frentes: por caso, evitar las PASO intentando convencer al kirchnerismo de Unidad Ciudadana a bajar sus listas en los cuatro municipios y, por otro lado, cada intendente había puesto en discusión su propia candidatura. El más firme a declinar ir por otro período era Martín Aveiro de Tunuyán, quien meses atrás y por las dudas, dispuso bendecir a su secretario de Deportes, Emir Andraos como su posible sucesor. Hoy podría develarse el misterio de lo que hará finalmente Aveiro y sus tres compañeros de lucha Emir Félix, Jorge Omar Giménez y Roberto Righi.

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