Opinión

La bicicleta de ET

Por Marcelo López.

Por Marcelo López Álvarez

Como aquel entrañable muñeco cinematográfico que montado en su bicicleta atravesaba el cielo en busca de su destino, el gobierno vuelve a recurrir con todo ímpetu a la figura de pedalear para llegar a su propio horizonte llamado octubre.

La vuelta del carry trade feroz (la famosa y ya querible bicicleta financiera) parece ser la única herramienta que encuentra el mejor equipo para controlar las dos variables con las que pretende sostener vivas sus esperanzas de un segundo mandato: dólar e inflación.

La única forma de mantener quieto el dólar es que haya dólares para ofrecer al mercado y la única forma que parece tener el gobierno de recibir el preciado bien, es aprovechar la tranquilad internacional de estos días y apostar ferozmente -otra vez- a la entrada de capitales especulativos, ante la falta de inversiones genuinas y liquidación fuerte de agroexportadores.

Estos últimos, a quienes el Ejecutivo llenó de favores desde el 10 de diciembre de 2015 hasta aquí, apenas están liquidando un promedio de 75 millones de dólares por día, un poquito más del 10 por ciento del promedio de lo que mueve el mercado diariamente que ronda los 650 millones de dólares. Lo que falta para mantener en calma el mercado, es lo que llega en busca de ganancias fáciles y de alto rendimiento.

Los datos del propio BCRA respecto a la evolución de los depósitos a plazo fijo corroboran el sistema puesto en marcha. Al comienzo de esta semana estos depósitos habían crecido en 70 mil millones de pesos respecto al promedio de noviembre y más tres cuartos de esos depósitos son mayoristas con tasas que rondan el 55% .

Está claro que las condiciones para volver a la rueda de la ganancia fácil recuperaron todo su esplendor y el Ejecutivo parece por estas horas el mejor garante -con su obsesión ortodoxa y de apego a las reglas del FMI- de que el proceso de plata fácil se mantendrá un tiempo.

La duda es quién gana la disputa en favor de la ciudadanía en general, si la obstinación de controlar la inflación y el dólar con métodos probados y fracasados, o los que creen heterodoxamente que la única forma de salir de la profunda recesión económica es por el camino opuesto de recuperar el mercado interno, el consumo y, por ende, la capacidad adquisitiva de los salarios.

La apuesta a la ortodoxia de manual manejada por actores que suelen estar sentados de ambos lados del mostrador, sigue haciendo estragos en la capacidad productiva e industrial de la Argentina.

El jueves el INDEC dio a conocer los datos del uso de servicios públicos y utilización de la capacidad industrial instalada y ambos no hacen más que ratificar que el proceso destructivo continúa. El uso de servicios públicos cayó un 2,7% interanual en tanto que la capacidad industrial solo tiene un uso del 63,3 por ciento lo que significa 5,9 puntos menos que en noviembre del 2017. Es decir que cuatro de cada diez máquinas que hay en la Argentina para producir algún insumo esta parada. En estas condiciones es altamente improbable la aparición de inversiones productivas reales, no solo por la fenomenal capacidad ociosa instalada sino porque además todos los rubros que suelen ser los tractores de recuperación alguna están en una profunda recesión como la construcción o el de los automotores. Pero no solo eso, quienes apostaron al carry trade desde el inicio de la era Sandleris, ganaron 10 % en dólares según calculó esta semana el economista de la Universidad de Avellaneda y la UBA Sergio Chouza.

En esta coyuntura las economías regionales vuelven a sufrir un duro golpe. En un escenario muy malo la baja del dólar profundiza la magnitud de las retenciones y la falta de reintegros, que las hacen perder nuevamente competitividad, a lo que hay que sumar la ausencia de posibilidades de pre financiar las exportaciones por la voracidad de las tasas. Un tweet del Presidente de la Nación el viernes dejó claro que lo que denuncian las diversas cámaras que agrupan a los productores de las economías regionales es verdad.

El primer mandatario escribió en la red social "También nos reunimos con Sergio Wisky y fruticultores del Alto Valle para hablar sobre la actividad del sector" acompañado de una foto. Sergio Wisky es diputado nacional por Río Negro y precandidato al gobernador del PRO. El texto parece reafirmar lo que suelen decir los productores de las reuniones con el Gobierno Nacional, "nos reciben, hablamos, nos escuchan, pero las medidas no las toman".

Nuestras industrias vitivinícola o frutihortícola pueden dar fe acabada de ello, mientras las bodegas avisan a los productores que comprarán menos uva que el año pasado y los productores de durazno amenazan con dejar los frutos en las plantas.

A solo dos semanas de empezar el año la suerte para los sectores industriales y de las economías regionales parece echada, y casi como una paradoja perversa de la época, el viernes Imperial Cord (la fabricante de neumáticos líder para bicicletas de la Argentina) anunció que cerraba su planta en Gualeguaychú.

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