Entrevistas

Marcos Babar y un nuevo disco: un poco humano, un poco de otro planeta

Por Eugenia Cano

"Un día el mundo dejó de ser plano. Y un día dejará de ser redondo. Limitar las posibilidades de lo humano a nuestros miedos, es creo, el gran pifie histórico... El zapatazo en la nuca del ser colectivo que somos. Sueño un gran trueque a cielo abierto donde nadie deba defender su diferencia sino asumirla tesoro y compartirla", escribe Marcos Babar en el interior del arte de tapa de su tercer disco solista.

"Hoy nos toca ser humanos", declara sobre el final del texto." Y ojalá, herramientas del amor", dice. Y también invita. Porque el músico mendocino es eso: una propuesta y una invitación siempre abierta a sentir más allá de la piel que habitamos y que creemos conocer. Es también una declaración. Esa que viene explorando en sus trabajos anteriores y a la que le da vueltas y vueltas con razones multiformes: la condición humana y el misterio de su existencia.

Marcos Babar en la presentación de su tercer disco solista "Postales de cuando fuimos humanos". Foto: Cristian Lozano.

"Este disco no mira tanto lo técnico del cantautor en sí, sino que surge de una necesidad absolutamente personal, me hago cargo. Son canciones que condensan la emoción de sentirse extraterrestre. Eso.", explica. Y el punto y aparte de la frase se ofrece ante la conversación como una oportunidad para indagar en su personalísimo universo.

-Eso es lo que te pasa. Te sentís un extraterrestre...

-Sí. Como que dos discos después me sigo sintiendo un alienígena frente a mis colegas, frente al público mismo que va a ver cómo hago para comunicar todo esto, que son cosas que me pasan y que son cosas que yo sé que nos involucran a todos. Por ejemplo, el gran tópico: el amor. Todos hablamos del amor. Ahora, ¿vos sabés lo que es el amor? Yo tampoco. ¿Y por qué todos hablamos del amor; entonces? Pero al mismo tiempo para mí es muy naif negar que es la fuerza que mueve al universo. Yo lo nombro y siento que ahí nomás me energiza. Y es algo que me sigue siendo una sensación muy extraterrestre. Che, si yo siento esto, si ustedes lo sienten, ¿por qué no estamos hablando de esto?

Foto: Cristian Lozano. 

Llegó el momento de hablar y de cantar. Es viernes 28 de diciembre y el hogar de fantasías de la titiritera Gabi Carli centellea patios internos con cielo de lucecitas azules. Hay velas sobre piedras, un jardín con juguetes y banderines tejidos de colores sosteniendo muros. En ese jardín también hay un escenario y un teclado desde donde cuelga -imposible pasarlo por alto- un pañuelo naranja que lleva la frase "Iglesia y Estado. Asuntos separados". En un cajón también está el pañuelo verde a favor de la legalización del aborto. También hay bancos que más tarde se llenarán de almas expectantes, un cartel que dice "aquí y ahora". y fotos y fanzines que esperan ser vendidos en un stand. Hay clima de fiesta. De celebración por el arte. Y hace calor, mucho calor de enero.

Para Marcos Babar llegó el momento de presentar a los terrícolas "Postales de cuando fuimos humanos". El tercer material discográfico que graba como solista después de "Las Manzanas son azules" y "Flora y fauna". Y el primer álbum que graba completamente solo; sólo con su subjetividad. Una idea y una necesidad que primero fue un libro de postales, después devino en un unipersonal que presentó una única vez, y que finalmente decantó en música. En un disco.

"Me arrastré por donde me quise arrastrar, experimenté todo lo que se me ocurrió experimentar, fue un proceso largo, hasta que quedó algo que me dio mucha alegría. Fue precioso y terriblemente subjetivo", cuenta y confiesa. En un rato nada más, presentará su subjetividad ante la gente y su amigo y músico Bru Né compartirá también sus propias canciones. Y habrá invitados. Y habrá risas y abrazos. Y Babar hará gestos con su rostro y sus manos cada vez que un tema propio compartido por colegas colme sus emociones. Cuando no pueda atrapar tanta felicidad y se le desborde...

Bru Né. El músico y compositor mendocino como invitado a la presentación del disco de Marcos Babar. Foto: Cristian Lozano. 

-¿De qué hablan las canciones de este disco Marcos?

-Hay un par que hablan de la condición del humano como bicho aislado en el universo. Nuestra cárcel es este planeta. Es una cárcel, no podemos salir de acá, no podemos ir a otro lugar porque este es el único espacio que alberga la vida que nosotros precisamos y, a su vez, es hermoso, tener toda esta casa, pero qué loco que no podamos salir de acá y que estemos solos al menos en el pedazo de universo que conocemos. Hay un par de canciones que hablan acerca de eso. Y de lo maravillosa que es la condición de ser humano, que está eternamente inexplorada.

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"Mientras grababa estas canciones (entre mediados del 2017 y fines del 2018) me sucedieron muchas cosas. Muchas con eme de Muy. Pero no solo a mí. Algo se alzó entre el ripio y las astillas y dijo "Tá". Hasta el punto se escuchó, así de clarito habló. Mi hijo cumplió sus 4 soles, y yo mis 32. Me mudé a un balcón con toneladas de luz, el fascismo latinoamericano se sumó dos o tres porotos más, la tercera ola verde nos llevó por delante a todes. Y cada una de esas cosas fue sólo el comienzo de muchas otras. Quiero dejar constancia de que estuve vivo en estos días, en los que un latido totalitario que viene de quien sabe dónde nos pide que todo sea un acto de amor. Y es difícil amar, che. Pero es necesario. Y aún más: es la única opción a tanto NO".

Esas palabras que el artista elige para agradecer, para decir "Salú, gracias, y SÍ", son parte de este álbum que asoma en la escena local para decirnos que no es tan extraño sentirnos extraños en un mundo extraño. Y que hay una fuerza que siempre empuja exhalando arandelas de esperanza. Algunas vienen en forma de canción y llevan nombres como "Granjardín", "El mar", "La trinchera", "Un ensayo", o "El fuego, el pan y el amor". Son 11 en total y están listas para emprender vuelo en su nave alienígena. Ajústese el cinturón, entonces, y déjese viajar por una verdad transversal: "de esta existencia humana, en realidad, no sabemos nada". Pero es urgente amar. 

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