Por la reelección de la gestión, el lema de Cornejo 2019

Sin candidato todavía para bendecir y sin la fecha de las elecciones del año que viene aún decidida, Cornejo estudia el panorama de crisis y analiza el comportamiento del humor social. Especula con que se mantenga la paciencia de un 60 por ciento de los mendocinos que dice tener una situación "pasable" desde lo económico. Orejea el escenario nacional sin sacar los pies del plato, pero ahora ya pensando más en la provincia que en el distrito nacional, dominado por el tormentoso gobierno de Macri.

El gobernador Alfredo Cornejo se encuentra frente a un tablero de ajedrez, en un momento en que, prevé, cualquier movimiento que decida realizar le puede significar ganar la partida o echar todo a perder.

El panorama nacional, lo sabe, de aquí a fin de año y probablemente hasta la finalización del primer trimestre del 2019, será muy cuesta arriba, doloroso y angustiante. No hay ningún índice proyectado desde la economía que garantice mejoras respecto de lo que hoy están mostrando: la inflación de agosto fue de 3,9 por ciento, pero la de setiembre avizora un panorama decepcionante con un 6 por ciento proyectado. El presupuesto nacional del 2019, del que se conoce poco, no está brindando un porvenir realista, puntualmente en el tipo de cambio que tendremos y en el nivel de inflación, y es allí en donde están concentradas las mayores trabas para el arreglo definitivo con el peronismo que gobierna, con el racional, con el que el gobierno de Mauricio Macri pretende acordar una suerte de tregua en la batalla política e ideológica feroz, que se libra para enderezar los números de la Argentina desde el año que viene en adelante. Esencialmente porque en el horizonte ha comenzado a perfilarse la cercanía de las elecciones y en ese contexto, la aprobación del presupuesto, vital para el interés de Cambiemos en lo nacional para ganar en confianza y credibilidad ante el FMI y el resto de las naciones más influyentes del mundo, también lo es para el peronismo y sus gobernadores: en el presupuesto hay plata, hay ajuste y hay que priorizar partidas, gastos e inversiones esenciales. Lo que significa, ni más ni menos, que una discusión sobre el poder y los votos del año que viene.

En ese contexto, Cornejo y los radicales que conduce, hacen equilibrio entre apretar los dientes y poner toda la energía en el scrum con Macri al frente y hasta el final, o bien comenzar a tomar una distancia discreta para evitar que la agudización de los problemas económicos afecte la gobernación mendocina en clave electoral, la imagen de la gestión y la disminución de las chances para mantener el gobierno. Por ahora la decisión es acompañar y acercarle volumen político a la administración. Y si bien los radicales no consiguieron entronizar a un hombre de sus propias filas en el gabinete, la realidad que preanunciaban meses atrás se ha ido cumpliendo: la fuerte devaluación que le pedían a Macri que decidiera al comienzo, finalmente se impuso cruenta y por mérito propio del mercado; y el dólar, cuyo valor se intentó contener a contramano de lo que hacían todos los emergentes a excepción de Argentina -lo que le valió aquellas pérdidas enormes de reservas entre mayo y junio-, se encuentra en los niveles que el propio Cornejo reclamaba en su momento como una suerte de salida de emergencia para las exportaciones de las economías regionales. Desde ya que la contracara de ese beneficio para los exportadores (dólar competitivo) se convierte en el martirio diario de millones que lidian con sus ingresos que se deprimen día tras día.

Hacia fin de año Cornejo debe decidir dos cosas importantes: acompañar a la nación y por ende a Macri en su cronograma electoral, o bien desengancharse de él. El plazo que tiene es hasta marzo. Pero en diciembre puede que tenga un panorama más claro. Espera por las proyecciones económicas y por eso que afirman los economistas cercanos al gobierno de que luego del primer trimestre del 2019 los apremios y las angustias podrían comenzar a disminuir. El segundo gran asunto es el candidato a sucederlo dentro del espacio oficialista. Nadie, de los apuntados a ponerse el traje de candidato, se ha lanzado todavía. "Es muy pronto", dicen algunos de ellos, pero aguardan su bendición. Todos esperan, con más o menos espaldas propias, que Cornejo lo señale como el elegido para mostrarse.

Ahora bien, es más que probable que Cornejo tendrá en cuenta para definir la fecha de las elecciones y el candidato a continuar con la gestión la variable de la economía, pero muy especialmente la del humor social. Sí se sabe que, independientemente de todo eso, y ante la imposibilidad de ser reelecto, la campaña oficialista girará alrededor de la "continuidad" absoluta de todo lo hecho hasta aquí. La reelección de la gestión, en otras palabras.

El ánimo de la sociedad será preponderante, claro está. Y Cornejo se prepara para cuando llegue el momento, monitoreando mes a mes el resultado de las encuestas que ordena en cuanto al comportamiento de la ciudadanía, aunque las elecciones estén lejos todavía.

Tan es así que tiene en estudio un informe de situación que le ha acercado su encuestador en jefe, Elbio Rodríguez, y hace cuentas sobre el mismo. Y especula.

El trabajo es el del mes de julio. Para el de setiembre, el gobernador espera que baje la espuma -si se puede- del último embate de la crisis, aquella que obligó a Macri a convocar durante todo un fin de semana al gabinete en Olivos para luego decidir el maquillaje conocido, sin los radicales adentro de la estructura.

En julio, Rodríguez preguntó -en los ocho departamentos más importantes de Mendoza y sobre un total de 1058 encuestas presenciales-, por la situación económica del grupo familiar. Las opciones fueron "buena", "pasable", "difícil" y "mala". Un 16,4 por cinto respondió "buena"; el 44,6 por ciento dijo ser "pasable", mientras que el 28,1 por ciento dijo "difícil" y el 10,7 por ciento "mala". El resumen indica que el 61 por ciento dijo percibir su situación familiar entre "buena" y "pasable", mientras que el 38,8 por ciento se inclinó por "difícil" y "mala".

Ahora bien, lo que preocupa del estado de ánimo, en parte, es la proyección a futuro y cómo mantener el grado de expectativas en la ciudadanía, con buenas perspectivas que la economía al menos en el futuro cercano no brinda. Esto porque el mismo trabajo indagó sobre la situación económica respecto del año pasado. El 60 por ciento de los encuestados dijo que su situación "ha empeorado"; el 32,2 por ciento que "sigue igual", mientras que el 7,8 por ciento confesó percibir que "ha mejorado".

Cornejo entiende que es vital reconstruir la credibilidad de la ciudadanía que, aun estando en una situación "pasable", y sin alternativas competitivas de peso en la oposición, su candidato pueda que tenga chances de mantener la provincia en manos del oficialismo, detrás de ese concepto general de proponer la "reelección de la gestión". Allí está el nudo a desenredar. Es probable entonces que, al margen de lo que suceda en la nación, buscará provincializar al máximo la elección del 2019. Que se hable de los temas mendocinos y de la proyección a futuro de la provincia. En buen romance: explotar con los temas mendocinos, si la cosa mejora a nivel nacional, eso de que Cornejo es Macri y, si en caso el declive continúa, intentar espantar ese mote.

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