Opinión

"Un ataque que no cesa"

Por Marcelo López Álvarez.

Por Marcelo López Álvarez

Uno podría preguntarse sin temor a parecer irrespetuoso si el agua y el café que se sirve en los Ministerios del mejor equipo de los últimos 50 años, contiene alguna cosa que convierte a ministros y funcionarios en aspirantes a cómicos stand up de humor negro.

La cantidad de aseveraciones que cada semana realizan, alejadas ya no de la percepción de la realidad sino de los números concretos, es incontable. La semana cerró con un nuevo gafe del Ministro de la Producción y Trabajo (que bien podría llamarse Ministerio de la Destrucción y la Desocupación) Dante Sica que, sin ponerse colorado, aseguró que "el salario no está perdiendo contra la inflación. Hay más o menos seis millones de trabajadores bajo convenio y ya hemos cerrado paritarias con el 50 por ciento". Pocas más alejadas de la realidad que las afirmaciones del Ministro volcadas a la prensa la misma semana que se conoció, según los datos oficiales de su ministerio y el INDEC, que en el último año se perdieron 268 mil puestos de trabajo y del último año y medio en 16 meses de los 18, los salarios perdieron contra la inflación según un trabajo de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo.

Nadie puede decir que Dante Sica sea un improvisado ni un CEO volcado a tomar decisiones en un Ministerio. Hizo su carrera y su fama a partir de ser un economista reconocido por los trabajos sobre indicadores de consumo, crecimiento, producción e industria de su consultora, por eso llaman aún más la atención sus declaraciones.

Los números oficiales muestran que en marzo se perdieron 40.600 puestos de trabajo contra febrero y con respecto a marzo de 2018 hay 268.300 trabajadores menos con una contracción en el sector privado del 2,5% interanual, con datos muy preocupantes como que el empleo en la industria manufacturera se retrajo 5,3% o que la cantidad de empleos registrados en Tierra del Fuego cayó el 11%.

A la hora de los salarios, el INDEC informó que en el último año crecieron 37,3 % contra el 54,7% de inflación del mismo periodo y según la UMET, la pérdida del poder adquisitivo del salario desde la asunción de Mauricio Macri llega al 17% y en los últimos 12 meses en 10,7%.

La desorientación del Gobierno Nacional no solo se ve en lo errático de sus declaraciones, sino también de sus medidas para "combatir" el pésimo momento, todas con anclaje de creación en el Gobierno anterior desde los Precios Cuidados o Esenciales hasta la resurrección del Ahora 12 que anunció el viernes el Presidente de la Nación, claro que con intereses exorbitantes, lo mismo que el anuncio del Banco Nación de créditos para pequeños emprendedores, pero con tasas del 50 al 55 % que se transforman en más del 65% al sumar gastos y demás, propio de estos créditos.

Es difícil entender de dónde los funcionarios sacan argumentos para sus declaraciones de supuesta llegada de tiempos de mejora y de baja de la inflación en el mismo momento que los proveedores arrancan junio enviando listas a los supermercados con aumentos promedios del 10%, los combustibles aumentan una vez más y se suman prepagas, tarifas y varios etcéteras.

No hay un solo dato duro de la economía que sustente el relato de que lo peor ya pasó, al cual se volvieron adictos funcionarios nacionales e internacionales y que intentan imponer los economistas del elenco permanente de los medios de comunicación nacionales más cercanos al Ejecutivo.

Como si esto fuera poco, las economías regionales entraron en alerta permanente por la decisión de los ejecutivos brasileño y argentino de avanzar cueste lo que cueste en el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

En la semana escribimos en Sitio Andino sobre el tema (específicamente el caso vitivinícola) y el complicado panorama que se abre con la decisión. En unos días, Jair Bolsonaro llegará a la Argentina, el equipo de Maurico Macri, tiene como objetivo de mínima que ambos presidentes (que atraviesan un momento similar de mala imagen en sus países) puedan anunciar que se han removido todos los motivos que no permitían cerrar el acuerdo antes de fin de año.

La táctica trazada es clara: romper internamente todos los sectores que ponen reparos o condiciones al acuerdo comercial que permite casi el libre tránsito de productos y mercaderías entre ambos bloques.

En cada sector el equipo del Ministerio de la Producción, encargado del tema, busca opiniones a favor entre empresarios exportadores y amigos de épocas pasadas, descartando escuchar la totalidad del sector y haciendo caso omiso a los números y advertencias de que un acuerdo internacional de esa magnitud puede ser la última palada de tierra sobre vastos sectores productivos regionales que ya hoy están casi en una crisis terminal por la marcha del mercado interno y la caída sin fin del consumo.

Dónde y cuándo termina el ataque sobre la producción y las economías regionales son las preguntas que sobrevuelan a los sectores que no ven hoy ninguna luz al final del túnel.

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