Mendoza y la ausencia de un sueño

Por Marcelo Torrez.

Días atrás, Sitio Andino convocó a los principales aspirantes a la gobernación mendocina para proponerles que revelaran, sintéticamente, cuáles serían las tres primeras medidas que impulsarían en caso de llegar a conducir Mendoza desde el 10 de diciembre. Nada del otro mundo, nada extraordinario, sino más bien se trató de llevar adelante una nota periodística de sentido común y obvia a todas luces.

Los candidatos accedieron y en un par de días enviaron sus respuestas a la redacción. ¿Y qué respondieron, para ir al grano?

Alejandro Bermejo

  • Plan ciudadanía cuidada
  • Consejo Educativo Provincial
  • Bloque de Defensa del Interés Provincial

José Luis Ramón

  • Ente Autárquico de Defensa de los Usuarios y Consumidores
  • Ente Autárquico de Protección al derecho de los trabajadores
  • Ente Autárquico para el Desarrollo de Mendoza (nuevo banco provincial, organismo que administre la plata de los mendocinos y la represente ante conflictos como el del Atuel)

Noelia Barbeito

  • Romper el acuerdo con el FMI
  • Mendoza libre del trabajo precario
  • Boleto gratuito para niños que van a la escuela y para los padres que los lleven

Rodolfo Suárez

  • Ley Impositiva y presupuesto 2020 con centro en la promoción del empleo
  • Minería sustentable con licencia social
  • Fideicomiso para la vivienda de la clase media y creación del banco provincial

Anabel Fernández Sagasti

  • Generación de empleo y tecnología para mejorar el rendimiento de la producción, incorporando nuevos conocimientos (industria del conocimiento)
  • Plan de viviendas para Mendoza (desarrollo rural, urbano, con créditos y subsidios)
  • Programa de Educación Mendoza (con participación docente e incorporar a los 30 mil chicos que dejaron de estudiar en Mendoza)

Omar De Marchi

  • Más y mejor inversión en el sistema de seguridad
  • Nueva ley provincial de educación (gran acuerdo con docentes y expertos)
  • Desarrollo económico (financiación y capacitación a productores y Pymes)

A Mendoza le falta recuperar los sueños colectivos. Cuando menos, identificar un norte hacia dónde dirigirnos teniendo en cuenta la mayoría de las opiniones, las visiones, las necesidades generales de los diferentes oasis y con respeto de las minorías.

Hace ya mucho tiempo que la dirigencia en su conjunto sólo está ocupada en las urgencias, en la coyuntura, en las cuestiones cotidianas, en no ver más allá de un horizonte diario que de tanto repetirlo nos ha metido a todos en una espiral depresiva pavorosa, una suerte de laberinto o si quiere una comparación más dramática, un tren fantasma.

Nuestros candidatos están muy lejos de poder representar ese sueño mendocino que parece tan lejano y claro que oculto. Hay excepciones, claro está, pero no es el propósito de esta columna de identificar a uno, una o unos o unas que puedan sobresalir. Será una tarea que cada mendocino tendrá que llevar adelante ahora, cerquita, en las PASO del 9 de junio y, desde ya que en setiembre.

Pero quien pueda sobresalir de esta lectura rápida de principales objetivos que cada uno de ellos ha descrito o identificado, no le saca al resto una gran diferencia. En realidad, tampoco es un mal de nuestros políticos o dirigentes. Se trata de un asunto sin resolver, y que tampoco parece estar en la agenda, a escala global en la provincia. Hace mucho tiempo que las universidades no sorprenden con estudios creativos e inteligentes sobre el futuro de Mendoza. Elijo hablar de futuro porque de diagnósticos estamos empachados.

Aunque no queramos verlos, hay ejemplos muy cercanos de provincias vecinas que ya le sacaron varios años a quien era el faro del oeste argentino. Lo hicieron explotando sus recursos naturales y sin demasiado rollo, sin taras, ni tantos traumas.

Fíjese en la campaña electoral de estas PASO. La campaña da vergüenza ajena, plagada de chicanas y promesas de resolver asuntos que, para empezar, deben ser obligatorios para quien pise la Casa de Gobierno en algunos meses. Lo importante, lo trascendente, quizás lo vital, tiene que ver con aquel proyecto colectivo que se plantee que, en quince, veinte o treinta años podríamos estar de tal o cual manera si seguimos un método, un compromiso, una meta. Un sueño. Invítennos a soñar, no jueguen, no jodan.

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