Espacios culturales

La Comarquita: la experiencia de un coworking para el arte

Por Eugenia Cano

La traducción en castellano de "coworking" es trabajo colaborativo. Algunas referencias a este concepto aparecen en la década del 90 y fue el diseñador americano de videojuegos Bernie De Koven quien utiliza el término por primera vez. Pero fue en San Francisco, en el 2005, que se abre el primer espacio de trabajo inspirado en esta modalidad, y desde ese momento hasta la actualidad, la tendencia se ha propagado por varias partes del mundo. Por supuesto, ni la Argentina ni Mendoza es ajena.

Estos lugares se abren a emprendedores independientes y les proponen, entre otras cosas, reducir los costos de alquilar una oficina por sus propios medios. Además de combatir la soledad laboral, posibilita otra dinámica de interacción sin jefes y un ambiente relajado. La tendencia la han adoptado publicistas, diseñadores y agentes de redes, entre otros. Compartir el espacio sin perder la independencia, es la filosofía que guía a quienes eligen este tipo de lugares para trabajar de forma independiente.

La Comarquita, ubicada en el Barrio Bancario de Godoy Cruz, es un espacio que abrió sus puertas recientemente bajo el concepto de coworking pero con otro espíritu: el de ofrecer un lugar para el arte, la creatividad y el bienestar. "La casa tiene una energía muy mística, muy bonita y para trabajar es lo más", cuenta Laura Sabatini a SITIO ANDINO, la joven emprendedora y agente cultural a cargo del proyecto.


Artistas de todas las disciplinas, diseñadores y personas dedicadas al bienestar tienen un espacio para desarrollar sus proyectos. Foto: Cristian Lozano.

"El coworking es una palabra en inglés pero que resume y abarca muchas cosas, es compartir un espacio que te saca de la soledad de tu casa, te brinda un lugar que no es una oficina, acá podés comer, podés tomar un mate, podés relacionarte con la gente, porque se genera una red con las otras personas y hace que surjan nuevas ideas y proyectos. Es como mover el campo de los emprendedores que ahora es como la era y somos muchos", agrega.

Si sirve la aclaración, no es trabajo comunitario ni tampoco una cooperativa, La Comarquita es un espacio de trabajo que ofrece distintos servicios para quienes quieren utilizarlo para realizar su proyecto y, al mismo tiempo, la energía del lugar invita a tejer lazos humanos y creativos"Acá lo que se pretende es generar una comunidad. De hecho el nombre tiene que ver con eso: trasciende lo físico. Acá lo importante es la idea de cada uno. La casa es un espacio que se abre para crear cosas", explica Laura.

Un mural da la bienvenida artística cuando se llega a La Comarquita. Foto: Cristian Lozano.

El frente del inmueble se ofrece vistoso, colorido. Un mural realizado por el trazo de la artista Pi Trescomacatorce (Romina Ayestarán) da la bienvenida. Una vez adentro un amplio salón se presenta disponible para darle múltiples usos. Un taller, una feria de ropa, una galería para una muestra puede realizarse allí sin problemas. Todos los objetos y muebles pueden ser movidos y acomodados según la ocasión lo requiera. "El espacio es bien funcional y se pueden cambiar las cosas de lugar todo el tiempo", explica Laura.

El recorrido continúa y la casa -que tiene calor de hogar- sigue invitando a disfrutar del color y del arte. Hay detalles en cada rincón. Mesones, estantes con libros, caballetes con pinturas, más murales y hasta un teclado. Todo invita a la creación. Todo es inspirador y el clima "vibra" con buena onda. Entre mate y mate, Laura cuenta cómo constantemente se le ocurren cosas para acondicionar el espacio. Otro mural en un patio interno con ventanales, y un altillo al que se le pueden hacer todavía muchos arreglos, la tienen en estos momentos pensando nuevas propuestas de decoración.

Foto: Cristian Lozano.


La cocina del espacio. Parte de los servicios que ofrece el lugar. Foto: Cristian Lozano. 

"Mi idea es hacer acá taller de murales y está buenísimo porque el espacio es gigante para hacerlo bastante participativo", cuenta la muralista Pi Trescomacatorce, que se suma a la charla. 

"El concepto de coworking de hecho lo vengo a conocer acá y está bueno porque es interactivo y podés resolver problemas en comunidad. Para mí está buenísimo porque cuando vos realizás algo personal y no te cierra, y empezás a escuchar otras miradas otros puntos de vista se te abre el panorama y no sólo mejorás la idea sino que la potenciás; la vinculás. Eso es muy interesante para mí que en el rubro del arte me enseñaron a pintar sola en un caballete y no hay muchas más posibilidad en el hacer creativo", dice sobre su experiencia.

La muralista mendocina, Pi Trescomacatorce en el patio interno de la casa. Un rincón para buscar inspiración. 


La experiencia de Julieta (Arquitecta) en La Comarquita

Una de las personas que ya apostó a desarrollar su proyecto profesional en La Comarquita es Julieta Oriolani, una joven arquitecta de 26 años, que cuenta:

"Me recibí hace poco. La idea de esto era relacionarme con otras personas que tengan distintos emprendimientos, que estén relacionados con el arte, porque en realidad a lo que yo me quiero dedicar es a un emprendimiento que tengo junto a una amiga, que en principio es diseñar bitácoras, productos para viajeros y ahí ir ampliando toda la gama de productos. Por eso creí importante estar en un ámbito artístico para que también me ayude a inspirarme. Contar lo que yo hago y que me cuenten y que eso sea como un disparador de ideas".

Foto: Cristian Lozano.

"Hace cerca de dos años que empezó a sonar en mi cabeza el tema del coworking y siempre lo vi como algo muy lejano. Yo tengo un estudio en mi casa, pero era estar todo el día dentro de mi casa, entonces la onda también era salir y relacionarme. Estar en movimiento. Con la amiga con la que estoy trabajando, ella es la que estaba más metida en hacer contactos y contactó a Laura y me comentó a mí y le dije que arrancáramos cuanto antes. La verdad que el espacio está buenísimo. Yo también estaba en búsqueda de luz porque el estudio de mi casa no tengo tanta luz y llegué a este espacio y la verdad que me encantó y es super inspirador".

Yanina Bosicovich: yoga, danza y bienestar 

Yanina llegó al espacio por medio de una feria que se realizó para ir dando a conocer el proyecto. Ahí hizo contacto con Laura y ahora propone clases de Yoga en el lugar. Yanina también se dedica a la danza y es emprendedora textil (Solana creaciones textiles). La autogestión es un camino al que apostó hace muchos años para vivir y trabajar de las cosas que la motivan. Ella también cuenta por qué el coworking que ofrece La Comaquita es una opción viable para sus iniciativas:

La casa ofrece espacios multifuncionales. Foto: Cristian Lozano.

"Personalmente me interesa mucho la idea de trabajar en espacios como "no oficiales", no convencionales porque me parece que este tipo de lugares encierran un montón de otras cosas además de ser un espacio físico para trabajar. Hay un intercambio más humano entre los que trabajan y participan. Es una experiencia muy enriquecedora a nivel humano y también me parece que le hecho de que esté ubicado en un barrio, que sea una casa, está bueno porque puedo invitar a personas que no tiene un acercamiento a actividades físicas o culturales a que empiecen a acercarse sin tanto prejuicio".

Un coworking que no ofrece sólo mesones para compartir el espacio de una computadora. Acá la idea es que el ambiente artístico invite a tejer redes y se vinculen proyectos. Foto: Cristian Lozano

Sobre el trabajo de autogestión explica: Es todo el tiempo prueba y error. A veces se depositan muchas expectativas en lo que quiere lograr y por momentos eso no se cumple por un montón de factores, pero bueno, hay que tener la claridad y tranquilidad de ver cada experiencia como un aprendizaje. Nunca fue en vano todo lo que hiciste. Sé hacer una tarjeta personal, que puede parecer algo muy básico, pero ahora tengo tarjeta y antes no la tenía. O fui a una feria e hice un contacto importante. Si no hubiese ido no lo tendría. Cuando uno emprende este camino del trabajo independiente te encontrás con una gran red de personas que hacen lo mismo, de muchas maneras y todo eso se sostiene".

En el campo del arte y de las disciplinas orientadas al bienestar de las personas hay demanda de espacios como La Comarquita. En este sentido Yanina manifiesta cuál es su apuesta con la casa: "vamos a ver que sucede con las clases de Yoga, pero independientemente de eso el espacio me interesa para investigar. Si no funcionan las clases de Yoga veré si funciona como una sala de ensayo o generar otras cuestiones en relación a la venta de ropa. Lo bueno es que se van articulando diferentes posibilidades con cada una de las personas que son parte".


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La Comarquita se encuentra abierta de lunes a sábados de 9 a 21, en el Barrio Bancario de Godoy Cruz (Tacuari 990). Es un espacio ideal para emprendedores autónomos y equipos de trabajo pequeños. 

Los servicios con los que cuenta: son wifi, a/a, calefacción. cocina y cafetería, taller con mesones de trabajo, lockers y estanterías, salón para talleres, workshop, showrooms. Para más información contactarse al 0261 15-570-1183.

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